Los mercados reciben con mucha calma el resultado electoral
Es un voto de confianza en España al que los líderes políticos deben responder con sensatez y responsabilidad
Tranquilidad, casi alivio, en los mercados financieros tras el escrutinio de las elecciones generales del 28 de abril. Los resultados han confirmado a grandes rasgos el panorama que dibujaban las encuestas: una victoria nítida del PSOE de Pedro Sánchez, pero con necesidad de pactar apoyos para lograr la investidura. La de Pedro Sánchez era quizá la opción mejor vista o más asumida por inversores y analistas internacionales, sobre todo frente a la posibilidad de que un partido de ultraderecha y antieuropeo fuera decisivo en la formación de Gobierno.
Con Pedro Sánchez al frente, la opción preferida en los círculos económicos sería una alianza con Ciudadanos, que sumaría 180 escaños y permitiría un Gobierno estable y reformista si se reeditase un pacto como el alcanzado en 2016. Esa posibilidad parece muy difícil de concretarse dado que sus posiciones sobre Cataluña están enfrentadas, que la relación entre los líderes de ambas fuerzas es pésima y que el resultado del domingo permite al partido de Albert Rivera aspirar a luchar por la hegemonía en el centroderecha.
Sánchez, por su parte, plantea como primera opción gobernar en solitario, con un Ejecutivo de ministros socialistas y algunos independientes, una fórmula similar a la que ha tenido en los últimos meses y comparable a la del exitoso Gobierno de Portugal en los últimos años. Eso le permitiría apoyarse en Podemos como socio preferente, pero también usar una especie de geometría variable para pactar con Ciudadanos algunas cuestiones. Es la opción que prefieren los empresarios, dentro de lo que ven factible tras las elecciones, según manifestó ayer el presidente de la CEOE. Sin embargo, un pacto así no va a ser fácil de arrancar a Pablo Iglesias, que quiere ver compensada su pérdida de votos en las urnas con cuotas de poder en el nuevo Ejecutivo.
Las conversaciones estarán previsiblemente en punto muerto hasta las elecciones locales, autonómicas y europeas del 26 de mayo. Y la negociación puede complicarse incluso más allá de esa fecha. Una alianza PSOE-Podemos tampoco garantiza la mayoría y entran otros actores en juego, así que atar el pacto no va a ser fácil.
Los inversores, en todo caso, no se mostraron ayer inquietos. Pese a las incertidumbres abiertas, la prima de riesgo española bajó y el Ibex subió por primera vez tras unas elecciones generales (aunque fuera mínimamente). Es un voto de confianza en España al que los líderes políticos deben responder con sensatez y responsabilidad.