Peugeot, mucho más que coches: también saleros, pianos y sofás
La firma francesa de automóviles lleva dos siglos diseñando todo tipo de objetos cotidianos En Milan Design Week presenta una visión ‘eléctrica’ del futuro de la automoción
Todo empezó con molinillos de café. Primorosamente decorados y funcionales, los instrumentos de cocina del joven Jean-Jacques Peugeot ganaron fama en la Francia de comienzos del siglo XIX porque aunaron estética y eficacia. Más de 200 años después, un león electrificado de cinco metros de altura y escoltado por otros 40 leones, recreados a tamaño real, presiden una gran sala en Milán, que durante esta semana se convirtió en la capital mundial del diseño y la innovación al congregar en la Milan Design Week a 370.000 profesionales del sector procedentes de 190 países.
Entre los molinillos de café y el monumento distan más de 200 años, durante los que Peugeot ha fabricado (y aún lo hace) útiles de cocina como saleros y pimenteros, bicicletas y, sobre todo, coches, un campo que conquistaron con modelos como el 504, que no solo gozó de gran predicamento entre los años setenta y ochenta en Europa, sino que se ha seguido fabricando en África y Sudamérica hasta entrado ya el nuevo siglo.
Si algo caracteriza al apellido Peugeot es una fe inquebrantable en su capacidad de resolver en el presente problemas del mañana. Un botón de muestra: a diferencia de lo que sucede muchas veces en el sector de la automoción, el laboratorio de diseño de la firma no está estrictamente supeditado a mejorar los vehículos de la empresa, sino que colaboran aportando soluciones a productos de otras 60 compañías. Entre ellas se encuentran Bombardier, fabricante de trenes, o Beneteau, que hace lo propio con los barcos de vela y a motor.
Cathal Loughnane es el director de este laboratorio. Los asistentes al acto lo reconocen con facilidad: entre la legión de ejecutivos de Peugeot que se han dado cita en Italia, es el único que para la ocasión viste una sencilla camiseta de manga larga en vez de llevar el traje preceptivo. Acodado en una mesa alta, no le intimida pensar en qué significa el diseño para una marca que ha superado el bicentenario sustentada en este concepto: “En francés hay una diferencia importante, que no estoy seguro de que exista también en inglés, entre las palabras diseño y estilo”. El estilo, explica, habla de la estética, es un elemento más. El diseño, para Loughnane, va mucho más allá: “Te dice si lo que está fabricando una empresa es la respuesta a un problema que existe. Y da igual que sea un pimentero, una bicicleta o un coche conceptual”.
Pensar el futuro
En esencia, la división de Loughnane se dedica a imaginar lo que está por venir. Fruto de estas cavilaciones nació hace un año el Peugeot e-Legend, un coche conceptual inspirado en el propio 504 que presenta, entre otras muchas propuestas más o menos factibles, dos modos autónomos de conducción y otros tantos manuales para que el cliente elija entre ser conductor o simple viajero. El e-Legend acumula en el portal Change.org más de 50.000 firmas para que Peugeot lo fabrique. “Con la mía, sumad una más”, bromea Loughnane, antes de justificar el poner ante los ojos del espectador un modelo, por ahora, imposible: “Los prototipos que pensamos en el laboratorio son un espacio para pensar cómo podría ser el futuro. Sirven para preguntarle al mundo si lo que se te acaba de ocurrir es una buena idea”. Loughnane da cifras a su margen de maniobra: si de la fabricación del e-Legend se ocupan 50 personas, en la de un modelo convencional recién lanzado al mercado están 5.000. “Si nos equivocamos dando respuestas con el e-Legend, no pasa nada. Pero si te equivocas con las respuestas que das al lanzar un coche normal, vas a tener una cantidad de problemas enorme”.
Entre las soluciones ofrecidas por Peugeot a los desafíos de los próximos años destaca la electricidad. “En el laboratorio estamos haciendo coches eléctricos, bicicletas eléctricas y pimenteros eléctricos”, cuenta el diseñador justo antes de alzar la mirada hacia los cinco metros del león que vigila la estancia: “Por eso este año llenamos de luces el león. El futuro será eléctrico”.