Los pisotones por ser el primer banco digital
BBVA apuesta ahora por la sostenibilidad y Santander por ser el más tecnológico
Ser el líder en banca digital se ha convertido en una carrera de obstáculos, pero sin meta, en la que todas las grandes entidades financieras buscan la primera posición en un podium virtual. El premio está aún por determinar, aunque se sabe que el que quede fuera de esta carrera de fondo desaparecerá sin remedio.
La primera gran institución financiera en hablar de banca digital y de transformación en España fue BBVA, hace bastante más de una década. Aunque CaixaBank hacia sus pinitos sin llamar la atención, en su propia revolución silenciosa. Pero el más adelantado a su tiempo fue Bankinter, un pequeño banco minorista que decidió en los años 90 dar el salto y crear el primer banco español por internet. La burbuja tecnológica casi acabo con su sueño, pese a que los posos de haber sido el primer banco tecnológico le mantienen en la lista de los más avanzados.
El Santander de Emilio Botín fue el más rezagado en esta maratón. Botín era más tradicional, algo que parece que ha arrastrado hasta ahora el gigante bancario más internacional del país, según coinciden varios expertos.
Ahora, BBVA, con Carlos Torres a la cabeza, ha dado un giro en su estrategia y apuesta en la actualidad por convertirse en el primer banco del mundo (casi nada) o uno de los primeros en luchar contra el cambio climático y en defensa de la sostenibilidad financiera. BBVA cree que ya no tiene que demostrar su apuesta por la tecnología. Se da por supuesto.
En la actualidad, el Santander presidido por Ana Botín ha decidido tomarse muy en serio esta carrera de fondo, y para sorpresa del mercado, el pasado miércoles, y dentro de su plan estratégico a medio plazo (tres o cuatro años) anunció que destinará (entre inversión y gastos de mantenimiento) unos 20.000 millones de euros en cuatro años en la digitalización del grupo.
Este anuncio fue, junto al reto de mejorar su eficiencia con el recorte de 1.200 millones de euros de costes al año, sus únicas novdades. El resto de los objetivos (rentabilidad, dividendo y capitalización) ya eran conocidos por los analistas desde que el grupo presentó los resultados de 2018, a finales del pasado mes de enero.
Dentro de esta carrera por ser el número uno en tecnología, que a su vez incluye un drástico recorte de oficinas y plantilla, Santander ha aprovechado para simplificar su estructura organizativa y del comité de dirección que llevaba el día a día de la entidad. Ha creado tres grandes divisiones: Europa, Norteamérica y Subdamérica, y ha reducido su comité de dirección de 24 miembros a 12. Siete de los 12 ejecutivos son extranjeros y solo se sienta una mujer, Lindsey Argalas, responsable de banca digital.
Esta simplificación no ha pasado desapercibida para los inversores, que han interpretado que España, segundo mercado de Santander tras la compra de Banco Popular y la caída de Reino Unido en el conjunto de los beneficios del grupo, ha sido relegada en su estructura tras elegir al irlandés Gerry Byrne como responsable de la división de Europa. Hasta ahora era el responsable de la filial de Polonia. Asi, Rami Aboukhair, consejero delegado de España, dependerá de un nuevo presidente no ejecutivo para España, que será nombrado en breve y previsiblemente dentro de la cantera del banco, y de Byrne.
En el banco niegan esta teoría ya que aseguran que la presidenta, Ana Botín, y el consejero delegado del grupo¸ José Antonio Álvarez, son españoles. Recuerdan, además que la mayor operación que ha realizado el banco en la última década ha sido en España con la compra de Banco Popular. E insisten en que Aboukhair seguirá de primer ejecutivo en España.
Mientras, el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, destacó el viernes en la junta de accionistas del banco, celebrada en valencia, que la entidad sigue siendo líder en banca minorista y digital en España, y sigue siendo referente en banca responsable. Además, presumió de que el banco de origen catalán sigue ganando cuota de mercado en banca retail, a pesar de contar “ya con una posición de liderazgo”. Para añadir: “además, alcanzamos una penetración de clientes particulares del 29,3% y del 32% en clientes digitales, lo que nos consolida como el banco de referencia del sistema.
Pero es que la competitividad en el sector financiero español es cada día más feroz, y todos quieren presumir de ser los mejores y captar más clientes, aunque sea imposible que todas las entidades ganen cuota de liderar la banca digital.
Los sindicatos, sin embargo, aportan otra visión de esta carrera por ser el más avanzado en tecnología. Aseguran que la mayoría de las ventas digitales se hacen dentro de las oficinas ante la presión por conseguir los objetivos que les ha marcado la entidad.
Para finalizar un apunte. Santander ha ido retrasando el anuncio de su nuevo ERE y del recorte de oficinas entre otras razones por las dificultades que se está encontrando en lo que el argot bancario denomina mapear la duplicidad de oficinas ante la fusión de las redes de Santander y Popular, además de analizar cuantas sucursales va a cerrar finalmente. La maraña de contratos de alquiler de las sucursales de Popular (casi todas) hace, según fuentes de la entidad, muy complicado este mapeo, ya que en muchas ocasiones sale más rentable mantener el local abierto que cargar con la penalización por suspender el contrato de arrendamiento con antelación. Y en eso están.
De cualquier forma, este retraso le ha beneficiado ligeramente. En la junta de accionistas que celebra el grupo el día 12 no tendrán que dar explicaciones que o quieran a los sindicatos porque aún no se han abierto las negociaciones. No quieren pasar por la experiencia de CaixaBank. El ERE que tiene en marcha esta entidad fue el protagonista de la junta, pese a que Gortázar y el presidente, Jordi Gual, intentasen inicialmente obviar este asunto en sus respectivos discursos ante los accionistas. Fue tras las intervenciones de los sindicatos cuando tuvieron que abordar este asunto en la junta.