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Las accionistas de Exxon y Chevron no pueden dormirse en los laureles

Ambas prestaron más atención al clima en 2018, pero sus nuevos planes muestran que los viejos hábitos son difíciles de erradicar

Pozo de 'shale' en la formación Monterey (California, EE UU).
Pozo de 'shale' en la formación Monterey (California, EE UU).REUTERS

El Big Oil está demostrando que sus accionistas tienen que estar alertas. Exxon Mobil y Chevron prestaron más atención al cambio climático en 2018 y, quizás por casualidad, sus acciones superaron al S&P 500. Pero los nuevos planes para invertir en perforación en Texas muestran que los viejos hábitos son difíciles de erradicar.

Hace apenas un año, Exxon estaba tratando de mostrar a los accionistas cómo combatiría los riesgos del cambio climático después de que se lo exigieran. La petrolera salió de un lobby contra la protección ambiental, y promovió un impuesto sobre el carbono. Chevron ha vinculado el sueldo de los ejecutivos a la reducción de emisiones. Las acciones de ambas han subido un 6% en los últimos 12 meses, superando al plano S&P. Especialmente en el caso de Exxon, es una gran mejora respecto al pasado reciente.

Pero la semana pasada se vio que han vuelto a su antiguo yo. Exxon invertirá unos 48.000 millones de dólares en subir la producción el próximo año. Los pozos de ambas en Texas están listos para crecer exponencialmente. Chevron planea producir 900.000 barriles por día en la cuenca del Pérmico para 2023, y Exxon 1 millón de barriles para 2024.

Hasta ahora, ninguna de las dos ha obtenido beneficios significativos de la perforación de shale, aunque ambas prometen que así será. Duplicar la apuesta por el petróleo sigue teniendo futuro. Pese a que las fuentes de energía alternativas están ganando terreno en el mundo, Exxon prevé que la demanda de crudo aumente al menos hasta 2040. BP pronostica que alcanzará su máximo en los años treinta.

Luego están los inversores. El jefe de Saudi Aramco, Amin Nasser, dijo recientemente que el sector tiene una crisis de percepción. Si está en lo cierto, eso podría desalentar la inversión en petróleo, y quizás acelerar el cambio a otras formas de combustible. El reciente plan del fondo soberano noruego para desinvertir en petróleo y gas es una señal. En el congreso de la industria de esta semana, CERAWeek, los asistentes pueden preguntarse si está cambiando suficientemente rápido.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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