Lyft presenta su OPV mientras se enfrenta a numerosos baches
Crece rápido en un mercado enorme, pero Uber ha mejorado su gestión y la competencia de empresas de motor y tecnología es gigante
La oferta pública de venta de Lyft promete todos los caminos posibles. Los de dentro, que el viernes presentaron el folleto para que la compañía cotice en Nasdaq, esperan que la salida a Bolsa valore la firma de vehículos con conductor entre 20.000 y 25.000 millones de dólares, dos tercios más que en su ronda de financiación privada más reciente (15.000 millones). Lyft está creciendo rápidamente en un mercado enorme, pero también se enfrenta a muchos desafíos.
La compañía dirigida por Logan Green está acelerando sus ingresos, que se duplicaron el año pasado hasta los 2.200 millones de dólares. Sin embargo, las pérdidas se dispararon a 911 millones de dólares, casi un tercio más que en 2017. La compañía tiene unos 2.000 millones en efectivo e inversiones a corto plazo, a fecha de diciembre.
La afición de Uber –que también ha presentado su OPV, y que estaría valorada en 76.000 millones– por los escándalos en los últimos años ha sido una gran campaña promocional para Lyft, y le ha ayudado a conseguir clientes y conductores.
La mejora de la gestión de su rival, sin embargo, puede dificultar el crecimiento de Lyft. De hecho, el aumento del número de clientes se ha ralentizado en los últimos trimestres. Y aunque la compañía ha incrementado de forma constante su porcentaje sobre los trayectos hasta el 27%, mantener ese nivel se volverá más difícil si los conductores exigen un salario más alto y los pasajeros, tarifas más bajas.
Llegar a la rentabilidad será difícil; generar lo suficiente para justificar una valoración cercana a los 25.000 millones de dólares será mucho más duro. La vía más obvia es la automatización para recortar la parte de los conductores. Eso podría reducir el coste por kilómetro para los pasajeros hasta en un 80%, a la vez que expande el tamaño del mercado potencial, según los ejecutivos de Cruise, la división de conducción autónoma de General Motors, que posee el 8% de Lyft. Otro 5% está en manos de entidades vinculadas con Alphabet, la matriz de Google.
Pero una gran cantidad de empresas establecidas de automoción y tecnología, así como un número aún mayor de empresas incipientes, están persiguiendo este objetivo. No hay garantía de que Lyft vaya a estar al frente del pelotón. Y superar sin incidentes la idiosincrasia diaria de la conducción está resultando difícil. Podría pasar una década o más antes de que llegue la plena autonomía.
Mientras tanto, los fundadores mantendrán a los nuevos accionistas alejados del puesto de mando gracias a una clase de acciones que les otorgará 20 votos por acción. Más de dos decenas de suscriptores pueden ser capaces de aportar el optimismo suficiente para impulsar una oferta sin problemas. Pero abundan los baches.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías