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El Parlamento británico insta a May a renegociar la frontera con Irlanda pero rechaza un Brexit duro

Francia e Irlanda rechazan renegociar el acuerdo

AP

A dos meses exactos para que Reino Unido salga de la Unión Europea, los diputados británicos dieron este martes una segunda oportunidad a Theresa May después de que el pasado 15 de enero la primera ministra sufriera en la Cámara una aplastante e histórica derrota. Los parlamentarios acordaron esta vez respaldar el acuerdo del Brexit si la premier británica logra arrancar a Bruselas una solución distinta para la frontera norirlandesa de la actualmente pactada. Así lo decidió este martes el Parlamento de Westminster por 317 votos a favor -ni uno más, ni uno menos, justo el número que May necesitaba- y 301 en contra. 

Tras el batacazo de hace dos semanas, la premier sale ahora reforzada para renegociar un nuevo estatus en la frontera con Irlanda. Una línea roja está clara: los diputados no aceptan una salida de la UE sin acuerdo pero, en cambio, rechazan extender el plazo de salida, previsto para el 29 de marzo. Unas decisiones que si bien no son jurídicamente vinculantes, sí ejercen presión política sobre May para que cumpla con el mandado del Parlamento.

“Una mayoría ha dicho que apoya el acuerdo si se hacen cambios al backstop [la salvaguardia norirlandesa]. Ahora existe una ruta clara”, valoró la primera ministra tras conocer el resultado de la votación, ante la decepción de Bruselas. Horas antes, May había pedido a los diputados que mandasen un “mensaje rotundo” a la UE con los pasos a seguir para culminar el Brexit.

Sin embargo, varios países ya han mostrado reticencias. El Gobierno de Francia ha insistido este martes en que el acuerdo del Brexit con Reino Unido no puede ser renegociado y ha pedido a Londres que aclare sus intenciones presentando "propuestas creíbles". Irlanda se ha manifestado en este sentido: "El acuerdo es un compromiso negociado de forma cuidadosa que equilibra la posición británica sobre aduanas y el mercado único al tiempo", señaló el Ejecutivo en un comunicado. 

May había llamado a los conservadores –tanto fieles como rebeldes– a respaldar la enmienda presentada por el también tory Graham ­Brady, presidente del influyente Comité 1922, según la cual el Parlamento respaldaría su plan del Brexit si se eliminaba la cláusula norirlandesa y se sustituía por un “arreglo alternativo” para evitar una frontera física entre las dos Irlandas. Incluso el ala euroescéptica más dura del partido, liderada por Jacob Rees-Mogg, anunció una hora antes de la votación que la secundaría.

Ese respaldo confiere a May un nuevo órdago con el que presionar a Bruselas para seguir negociando a pesar de la firme negativa de la UE de reabrir un acuerdo de cerca de 600 páginas y casi dos años de duros tira y afloja. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk volvió a insistir tras la votación que el backstop no era renegociable, retomando las palabras que, horas antes, le había trasmitido a May el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Fuentes de Bruselas señalan que solo sería posible introducir cambios en la declaración política –sin tocar el acuerdo– y que para ello, Londres tendría que definir qué “arreglos alternativos” concretos quiere.

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Antes de votar esta enmienda, el Parlamento mandó sin embargo una advertencia a May. Los diputados apoyaron una moción presentada por la diputada conservadora Caroline Spelman que rechazaba que el Reino Unido abandonase la UE sin un acuerdo con Bruselas. 318 parlamentarios la han respaldado, mientras que 310 han votado en contra. Tras conocer el resultado, la premier reafirmó su oposición a un Brexit duro, pero subrayó que la sola oposición a esta opción “no es suficiente”.

Los mercados, sin embargo, han visto lo acontecido esta tarde como un paso adelante a un Brexit sin acuerdo. La libra, por tanto, se ha dado la vuelta y cae un 0,7% en su cruce con el dólar.

La divisa británica entró en terreno negativo después de que la propuesta estrella del Partido Laborista, la defendida por la parlamentaria Yvette Cooper, fuese rechazada. Pese a recoger el apoyo del ala más moderada de los tories, había levantado recelos entre los diputados probrexit de su propio partido. En esencia, proponía extender el periodo de negociaciones nueve meses más hasta finales de año, si May no lograba sacar un acuerdo adelanto antes del 26 de febrero. La propuesta fue rechazada por 321 parlamentarios, mientras que 298 la han apoyado. La misma suerte ha corrido la propuesta de su compañera de partido, Rachel Reeves, que pedía ampliar el plazo de salida dos años más.

Antes de eso, el Parlamento ya había rechazado la primera de las enmiendas presentadas, defendida por el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn. Se basa en evitar una salida de la UE sin acuerdo y la búsqueda de una unión aduanera. Tampoco ha conseguido el plácet del Parlamento la propuesta más proeuropea, defendida por el Partido Nacionalista Escocés. Esta ha obtenido tan solo 39 apoyos.

Más cerca ha estado de salir adelante la tercera enmienda presentada, defendida por el conservador Dominic Grieve, que representa el ala más proeuropea del partido y defendía dar todo el control del proceso del Brexit al Parlamento. Ha obtenido 301 síes y 321 noes.

Tras la votación a favor de la enmienda de Bray, May explicó que se pondrá en contacto con Bruselas pues considera que hay una forma de lograr un acuerdo siempre que se modifique la salvaguarda irlandesa y se refuercen los derechos de los trabajadores. Aunque subrayó que la negociación será complicada porque Bruselas no está dispuesta a realizar ninguna modificación.

Asimismo, la premier británica aseguró que se reunirá con los diputados que se mostraron favor de evitar un Brexit duro para discutir con ellos cómo lograr su apoyo al acuerdo negociado con Bruselas. Una oferta de negociación que también extendió a Jeremy Corbyn y que el líder laborista, que también votó en contra de un Brexit duro, aceptó.

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