Los vendedores de los derivados más tóxicos dan la batalla para sacar partido de la tasa Tobin
Los contratos por diferencias no estarán afectados por el impuesto
Una de los resortes del Gobierno para engordar la recaudación fiscal es el impuesto sobre las transacciones financieras (ITF o tasa Tobin, en la jerga). Al tiempo, varios intermediarios ya han comenzado a hacer campaña para ganar con el derivado considerado más peligroso por la CNMV: los contratos por diferencias o CFD. Los brókeres no deberán pagarlo si el cliente emplea este producto en lugar de operar directamente con acciones, por lo que lo anuncian como una forma de saltarse el nuevo tributo.
Las bancos, sociedades y agencias de valores deberán entregar a Hacienda el 0,2% del importe de las operaciones de compra (no de venta) de acciones de empresas españolas con una capitalización superior a los 1.000 millones, siempre que las Cortes aprueben el impuesto.
El Ejecutivo calcula unos ingresos de unos 850 millones de euros al año. Pero las dificultades técnicas para su cobro efectivo son numerosas, como publicó CincoDías el pasado 22 de octubre, debido a que la trazabilidad de las operaciones ejecutadas fuera de BME y con intermediarios extranjeros será casi nula.
El mercado español de renta variable corre peligro, puesto que otras Bolsas competidoras pueden tomar la delantera, como en parte ocurre ya con las emisiones de deuda, que acaparan Luxemburgo e Irlanda. El presidente de la CNMV, Sebastián Albella, se ha pronunciado meridianamente en contra de este impuesto, al igual que el consejero delegado de BME, Javier Hernani.
La vuelta de tuerca llega ahora desde los intermediarios centrados en comercializar CFD, que han comenzado a lanzar una ofensiva para no solo no perder sino sacar partido del nuevo tributo. ActivTrades destaca en un artículo que la norma está en tramitación parlamentaria y podrá ser rechazada o sometida a enmiendas, pero advierte de que hay que buscar alternativas “para, llegado el caso, evitar tener que pasar por caja sin que con ello se cambie la manera de operar en los mercados”.
Una de las fórmulas que plantea son los CFD: “Estos quedan exentos del impuesto. Es más, nos encontraremos también libres de pagar los cánones por la liquidación tanto de la compra como de la venta a la Bolsa”. Lo cierto es que el nuevo impuesto, tal y como está redactado, excluye a estos derivados del pago del 0,2%, que en la mayoría de los casos los intermediarios repercutirán al cliente, a diferencia de Italia, donde sí se gravan estos derivados.
Esta exención choca de lleno con la hoja de ruta de la CNMV, que desde 2013 tiene bajo vigilancia este producto, al igual que el resto de las comisiones de valores europeas. De hecho, el coordinador europeo de estos supervisores, ESMA, limitó la venta de CFD a pequeños inversores el pasado 1 de agosto.
La restricción más importante es la del apalancamiento: el máximo es de 30 veces (invertir por 300 euros con 10 euros), y este nivel es solo para las divisas más estables, como el dólar estadounidense, el euro, el yen, la libra, el dólar canadiense y el franco suizo. También hay una obligación de cierre de posiciones en las cuentas en caso de consumo de garantías; un mecanismo de protección frente a saldos negativos a nivel de cuenta del cliente; impedir el uso de incentivos por parte de los proveedores de CFD; y establecer una advertencia estandarizada sobre el riesgo correspondiente a cada entidad. Estas limitaciones deben ser renovadas cada tres meses, de ahí que la CNMV tenga lista una resolución para fijar los límites de una vez y para siempre.
Con esta norma de ESMA, los vendedores de CFD se ven obligados a revelar el porcentaje de clientes que pierden dinero con ellos.El dato computa 12 meses y considera que una cuenta de CFD ha perdido dinero si la suma de todos los resultados netos, realizados y no realizados, es negativa. Los grandes comercializadores de este producto revelan quebrantos incluso superiores al 80%, como son los casos de Admiral Markets y Dukascopy.
La aritmética para su aprobación
Congreso. La propuesta necesita más votos a favor que en contra. Serán clave el PNV (cinco escaños) y Coalición Canaria (uno), suponiendo que PP, Ciudadanos, UPN y Foro Asturias, con 169 en total voten en contra.
Riesgo. La actual redacción del impuesto “puede causar que la gente empiece a invertir en productos no aptos para alcanzar sus objetivos financieros y queden expuestos ante riesgos innecesarios, con un apalancamiento incorporado”, según Armando Platero, del bróker Degiro.