2018, el año que ha roto los esquemas a los analistas
Riesgos políticos como la guerra comercial, el Brexit o el desafío presupuestario italiano , junto a las subidas de tipos de la Fed, han provocado la caída de casi todos los activos financieros.
Todo a la Bolsa. Como si de un juego de ruleta se tratara, bancos de inversión y casas de análisis apostaron a principios de año por la renta variable como el activo de inversión preferido y prácticamente único para obtener rentabilidad en 2018. Sin embargo, las caídas de las Bolsas han roto todos los esquemas de los analistas. A escasas siete sesiones para despedir el ejercicio, no queda sino buscar dónde estarán las oportunidades de inversión en 2019.
2018 será recordado como el año en el que ningún activo financiero ha servido como refugio para escapar de las pérdidas. Con la mayoría de los índices europeos con caídas en el año de doble dígito -el Ibex 35 pierde cerca de un 12%, el Ftse 100, un 11%, el Dax Xetra, un 15% y los índices americanos prácticamente en tablas-, el año ha sido bastante peor de lo previsto. “En líneas generales 2018 ha sido un año que ha pillado con el pie cambiado a muchos inversores en la amplia mayoría de los mercados. La agitación que se ha visto en las Bolsas en los últimos meses son un buen ejemplo de lo que ha sido todo el ejercicio”, explica Aitor Méndez, de IG.
Los acontecimientos políticos han dado más guerra de lo esperado en un primer momento. A primeros de año, desde un banco de inversión norteamericano decían con seguridad que 2018 iba a ser un ejercicio “continuista” y que los riesgos políticos “no acapararán titulares ni tensionarán a los mercados”. Nada más lejos de la realidad, ya que junto con la Fed, la política, sobre todo la guerra comercial entre EE UU y China, ha sido el verdadero elemento que ha desestabilizado los mercados en los últimos doce meses. “En la renta variable, el efecto Trump ha sido más pronunciado de lo previsto. Sus constantes salidas de tono y mensajes contradictorios en las redes sociales han provocado que los índices realizasen giros bruscos en el intradía con demasiada frecuencia”, recuerda Méndez, de IG.
El proceso de negociación del Brexit era un acontecimento previsto para este año pero tal y como explica Méndez, la situación ha sido bastante impredecible.”Se esperaban unas negociaciones duras por el Brexit, pero no llegar al día 12 de diciembre con los conservadores votando el liderazgo de May”, añade el experto.
Las elecciones italianas de mayo dieron otra gran sorpresa, con la formación de Gobierno entre Movimiento 5 Estrellas y la Liga Norte, que ha desafiado abiertamente a Bruselas con sus presupuestos y contagiado de nerviosismo a los inversores en Europa.
La subida de tipos realizada por la Fed “ha dañado mucho más que otras ocasiones a los emergentes”, explicaba hace unos días Joaquín García Huerga, estratega global de BBVA Asset Management. Ignacio Fuertes, socio y miembro del Comité de Inversiones de Rentamarkets añade que “las subidas de tipos está teniendo consecuencias en aquellas piezas más débiles en el puzzle financiero. Primero fueron los bonos gubernamentales, más tarde la deuda emergente, luego las divisas de aquellos países con peores fundamentales (Turquía, Argentina, Sudáfrica, etc.) y por último se acabó trasladando a la renta variable”.
Tras quedarse un poco rezagado respecto a las ganancias del resto de Europa en 2017 debido a las incertidumbres alrededor del conflicto catalán, el Ibex 35 contaba a principios de este año, según los expertos, con mucho potencial. El consenso de analistas veía al selectivo español moviéndose en un rango de entre los 11.000 y los 11.400 puntos. El Ibex, en torno a los 8.900 puntos, está un 23% y un 28%, por debajo de esos niveles. Lejos quedan los máximos del año el 23 de enero cuando el índice cerró en 10. 609 puntos.
La situación política en Italia ha tenido mucha culpa de la caída del principal indice español teniendo en cuenta el elevado peso que la banca tiene en el Ibex. Los valores bancarios, entre los favoritos por los analistas para 2018, han decepcionado a los inversores por varias razones, además de por el desafío político italiano.
En primer lugar, por la esperada subida de tipos por parte del BCE que no llega. En segundo lugar, por la sentencia del Supremo sobre los impuestos a las hipotecas y que llevó a la banca a sufrir fuertes correctivos en los momentos de más confusión y de la que se no se han recuperado.
Entre los pocos aciertos de los expertos está el anuncio de fusión en el sector financiero de dos de los bancos que siempre están en las quinielas de movimientos corporativos: Unicaja y Liberbank.