La medicina personalizada, un negocio que se disparará en los próximos años
España necesita más desarrollo tecnológico para avanzar en las terapias individuales, que moverán en 2021 más de 2.600 milllones, según EY
El avance de la medicina personalizada –el uso masivo de tratamientos individuales contra el cáncer o patologías de origen celular– es uno de los retos a los que se enfrenta el sistema sanitario español. Centros de investigación, hospitales, clínicos, industria farmacéutica, sector público y privado buscan configurar un DNI biológico, contar con una base de datos que contenga la información genética (el genoma) de todos los pacientes para que este abordaje terapéutico se haga realidad en un contexto de envejecimiento progresivo de la población, de alza de la esperanza de vida y, por tanto, de aumento del gasto en salud.
Pero hay una dificultad: su progreso depende de la tecnología, y “el sector se encuentra todavía en una fase incipiente del proceso de transformación digital”, advierte un estudio reciente de la consultora EY.
La analítica de datos es clave para secuenciar el genoma, según los expertos
España no puede quedarse atrás. El mercado de la medicina de precisión va a crecer de forma relevante en los próximos años, prevé Baltasar Lobato, socio responsable de health & life sciences de EY. En 2021 moverá 3.000 millones de dólares (unos 2.630 millones de euros) en el mundo y en 2027 se elevará a 50.000 millones (unos 43.880 millones de euros), calculan. “Todas las grandes farmacéuticas están dando pasos en esta dirección a través de adquisiciones o mediante acuerdos de colaboración con empresas biotecnológicas”, añade Lobato.
La suiza Novartis es de las más adelantadas en este sentido, y se centra especialmente en terapias antitumorales, según fuentes de la industria. Aunque también destacan la francesa Sanofi y las estadounidenses Janssen, de Johnson & Johnson, Pfizer y Merck.
Novartis, Sanofi, Janssen, de Johnson & Johnson, Pfizer y Merck, entre las empresas enfocadas en tratamientos individualizados
De hecho, la consultora EY ha desarrollado una plataforma de gestión integral llamada ICC (Cuidado Individualizado del Cáncer), con el apoyo de Microsoft y en pruebas con algunas multinacionales –no especificadas–, para facilitar un proceso donde el principal obstáculo es el acceso a datos centralizados y protegidos.
“[El software] custodia la información del paciente y la obtención de información genética desde la consulta inicial hasta la administración de su tratamiento personalizado, garantizando su privacidad, al tiempo que permite a hospitales y laboratorios una mayor trazabilidad en la cadena de suministros, facilitando la planificación, producción y entrega de las terapias. Todo ello con las directrices marcadas por los reguladores”, explica Lobato.
Estado de la digitalización
Pero el informe Termómetro sobre la madurez digital en el sector salud, realizado por EY entre septiembre y octubre de este año a directivos de comunidades autónomas y principales grupos hospitalarios y de seguros privados, muestra que la tecnología más empleada es el internet de las cosas (IoT) tanto en el ámbito público (91%) como privado (83%), aunque se echa de menos el enfocado al paciente (IoP).
Le siguen el marketing digital, más extendido en hospitales y aseguradoras para promoción, y el big data, donde “queda mucho camino por recorrer” porque apenas lo usa el 18% de los servicios autonómicos y el 33% en el sector privado. En robótica sucede lo mismo, solo el 33% de los centros privados recurre a esta herramienta; el público estudia su uso.
Las empresas atribuyen el retraso a la incertidumbre regulatoria y la amenaza en ciberseguridad
De ahí que pocos dispongan de un plan estratégico de transformación digital: un 27% en el estatal y un 67% en el privado. Sin embargo, en el primer caso, el 60% cuenta con un presupuesto para la digitalización de sus servicios y un porcentaje similar (64%) centra su estrategia en el cliente, refleja el estudio como curiosidad.
Las empresas consultadas achacan el retraso a la incertidumbre regulatoria, la amenaza en ciberseguridad, el miedo tras fracasos previos y las barreras culturales. Lobato cree que la integración de datos a gran escala favorecerá, además, la prevención, el diagnóstico precoz y la eficiencia y sostenibilidad del sistema.
Proyectos en marcha
Gobierno. Sanidad trabaja en un Plan Estratégico de Medicina Personalizada, “en fase de definición”, para incorporar al sistema terapias celulares contra el cáncer (CAR-T) –los primeros dos fármacos, de Novartis y Gilead, fueron aprobados en junio por la EMA–, anunció María Luisa García-Vaquero, subdirectora general del ministerio, en la jornada Rethinking the future, organizada por EY y la Asociación Salud Digital.
Autonomías. Son varios los proyectos de big data en marcha para la secuenciación del genoma en España: el Ciberer (Centro de Investigación Biomédica en Red) para las enfermedades raras, creado en Madrid en 2012 pero que no arrancó hasta 2016 por la crisis; el Nagen (Proyecto de investigación Genoma Navarra), fundado en 2016 y que se enfoca en enfermedades raras y algunos tipos de cáncer; el catalán MedPerCan, puesto en marcha en 2017 para el área oncológica; y el madrileño RareGenomic, instaurado este año para las enfermedades raras, detalló en la jornada Joaquín Dopazo, director del área de bioinformática de la Fundación Progreso y Salud, que trabaja en la integración del dato genómico en el sistema de información clínica del Servicio Andaluz de Salud. “Hay que avanzar en la integración del big data clínico y genómico para poder contar con diagnósticos y tratamientos de precisión”, opinó.
Aseguradoras. Sanitas contrata ya 100.000 planes personalizados al año y 300.000 clientes usan su "app estrella" de citas médicas Blua, según el CEO, Iñaki Ereño, que asistió al encuentro. La empresa quiere que en 2020 el 25% de las consultas sean digitales; hoy lo son el 7%, pero la tendencia es hacia la atención en remoto, como sucede en EE UU, augura.
Laboratorios. Novartis Oncology centra su estrategia en las terapias dirigidas, a través de los anticuerpos monoclonales y la inmunoterapia. “Estamos trabajando en más de 20 moléculas con diferentes mecanismos de acción en inmunoterapia y en otras 20 en medicina de precisión, así como en los mecanismos para seleccionar mejor a los pacientes en ambos tratamientos”, informan en la compañía suiza. Una de las más revolucionarias es la terapia de células T con receptores de antígenos quiméricos (CAR-T), ya que cada dosis se adapta de forma individualizada y se fabrica específicamente para cada paciente, utilizando sus propias células sanguíneas, explican. De ahí su reciente lanzamiento, Kymriah (tisagenlecleucel), una terapia CAR-T autorizada en EE UU y en algunos países de la UE para el tratamiento de pacientes pediátricos y adultos jóvenes de hasta 25 años con leucemia linfoblástica aguda de células B refractaria, en recaída tras trasplante o en una segunda o posterior recaída, y de pacientes adultos con linfoma difuso de células B grandes en recaída o refractario después de dos o más líneas de tratamiento sistémico. “Somos conscientes del gran potencial de la inmunoterapia aplicada al tratamiento del cáncer”, valoran.