Ferrovial pone a KPMG al frente del análisis de su desinversión en servicios
La consultora llevará a cabo la 'due diligence' de los negocios en venta El grupo pide en Birmingham la revisión de su macrocontrato en pérdidas
El grupo Ferrovial ha contratado los servicios de una de las cuatro grandes consultoras globales para evaluar las cifras y activos de la pretendida desinversión en el negocio de servicios. Fuentes de toda solvencia aseguran que el trabajo de la decisiva due diligence ha sido encomendado a KPMG, lo que supone un paso definitivo en la iniciativa de venta.
Hasta ahora, el banco de inversión Goldman Sachs ha estado tanteando el apetito inversor y ambas firmas, según las mismas fuentes, podrían colaborar en la elaboración de la estrategia de colocación. Se trata ahora de auditar la situación económica y financiera de los negocios, información que resulta clave para la tasación de los mismos.
Consultada acerca del nuevo compañero de viaje, en Ferrovial prefieren no hacer comentarios. Al respecto, un portavoz oficial remite a la información ofrecida al mercado sobre la apertura de la evaluación de una posible venta de todo o parte de Ferrovial Servicios.
La compañía de infraestructuras está aún por decidir si vende Ferrovial Servicios por negocios o en un solo paquete
Sobre esta operación se especula ya con un valor total de la división, que engloba filiales como la británica Amey, la española Cespa o la australiana Broadspectrum, cercana a los 3.000 millones de euros, aunque la cifra no está aún sobre la mesa y resta buena parte del trabajo para concluir el diseño del cuaderno de venta. Pese a ello, Ferrovial podría tomar una decisión sobre el perímetro de la desinversión a principios de año.
La empresa que dirigen Rafael del Pino e Íñigo Meirás debe decidir, con el asesoramiento de KPMG y Goldman Sachs, cuál es la estructura óptima de la operación, estando abiertas aún tanto la opción de una venta en porciones como la colocación en un solo paquete, escenario este último que parece partir como favorito.
El lanzamiento de esta macrodesinversión responde a la estrategia de poner el foco en la construcción y operación de infraestructuras. Los inversores institucionales están demandando al consejo un mayor foco en esas actividades, con una Ferrovial fuerte en carreteras, ferrocarril y aeropuertos, en detrimento de los servicios. Dos de los mayores comparables en el mundo de las infraestructuras, ACS y la francesa Vinci, ya han tomado importantes decisiones en ese sentido.
Ferrovial demostró en 2004, con la salida del entonces boyante negocio inmobiliario, que no duda en tomar decisiones en contra de lo que parecen indicar los ciclos. Entonces se trataba de tomar fuerzas para asaltar el control del gestor británico de aeropuertos BAA. Una desinversión milmillonaria en estos momentos fortalecería el músculo de Ferrovial como aportador de capital propio para liderar proyectos concesionales o incluso acometer adquisiciones.
Al cierre del tercer trimestre, el área de servicios tiraba de las ventas de Ferrovial, con 4.884 millones (sobre un total de 9.114 millones) y un descenso del 10%. Construcción aporta 3.837 millones a la cifra de negocio, con una mejora del 13%. Autopistas, con un comportamiento plano, sumaba 339 millones. Y la división de Aeropuertos aporta 10 millones y experimenta un alza del 74%.
El ebitda de servicios se encuentra este año bajo mínimos tras la fuerte provisión por el contrato firmado en 2010 con el Ayuntamiento de Birmingham. Una pérdida, a través de Amey, que Ferrovial intenta minimizar en estos momentos.
Pulso en Reino Unido
Adjudicado en 2.700 millones de libras (unos 3.100 millones de euros al cambio de 2010), Ferrovial parece tener claro que pagará por el contrato de Birmingham, pero ha solicitado que se ponga en revisión el procedimiento por el que se llevó su incumplimiento ante la justicia.
Las cuentas de la compañía en este 2018 recogen desde el primer trimestre la citada provisión de 237 millones de euros por el pleito perdido. Una anticipación de previsibles pagos a la ciudad británica que metió en pérdidas a Ferrovial en la primera mitad del año.
Con la petición de un examen a los citados procedimientos, la empresa deja de entregar por el momento 50 millones de libras (unos 55 millones de euros) que le son reclamados por el Ayuntamiento y que un juez ordenó desembolsar, según diversas fuentes, a finales de noviembre.
Al parecer, Amey no se niega a pagar, pero sí ha mostrado disensión respecto a diversas denuncias del que es uno de sus principales clientes en Reino Unido sobre trabajos no ejecutados. La empresa pretende que se vuelva a contabilizar la citada petición de estos primeros 55 millones de euros.
El pleito que lastra los resultados de 2018
Megacontrato. Birmingham confió a Amey el que es su gran contrato en Reino Unido: el mantenimiento durante 25 años de 2.500 kilómetros de viales, 5.000 kilómetros de aceras, 100.000 farolas y 5,5 millones de metros cuadrados de zonas verdes.
Dos fases. Ferrovial preveía una inversión “muy significativa” en los primeros cinco años para la reparación de calzadas o la modernización del alumbrado y señalización. En los 20 años siguientes la empresa esperaba invertir en conservación.
Choque. La disensión reside en el primer periodo. Las partes están en desacuerdo sobre el alcance de los trabajos de construcción realizados por la empresa. El 5 de septiembre de 2016, Amey tuvo sentencia favorable de la High Court, tomando el ayuntamiento la vía del recurso ante el Tribunal de Apelaciones. Tras largas negociaciones en busca de un pacto, el recurso de Birmingham prosperó y el referido Tribunal de Apelaciones falló el 22 de febrero de este año en contra de los intereses de Amey y Ferrovial. La sentencia previa fue anulada y la batalla judicial dio un vuelco definitivo.