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El vuelco electoral en Andalucía deja la Junta al alcance de la derecha

Vox irrumpe en el Parlamento con 12 diputados y sumaría mayoría con PP y Ciudadanos Desplome histórico del PSOE, que pierde 14 escaños, y fuerte subida de la formación naranja, que logra 21 escaños y supera a Adelante Andalucía

Elecciones Andalucía 2018
Belén Trincado / Cinco Días
CINCO DÍAS

Una victoria muy amarga para Susana Díaz. Tras adelantar los comicios, el PSOE ha ganado las elecciones en Andalucía pero está a punto de perder el Gobierno. Con casi el 100% escrutado, el Partido Socialista andaluz obtiene 33 escaños, 14 menos de los 47 que registró en 2015. En la otra cara de la moneda, estas elecciones certifican la entrada de la extrema derecha en las instituciones en España. Vox obtiene 12 escaños por primera vez en unas elecciones, casi 400.000 votos, y representación en todas las provincias.

El PSOE, así, puede perder por primera vez en 36 años el gobierno andaluz, la única comunidad autónoma donde solo ha gobernado un partido desde la Transición. Con esos 33 escaños y el 28% de los votos (siete puntos menos que en 2015), registra los peores resultados en unas Autonómicas andaluzas de su historia. Ni siquiera en 2012, cuando perdió frente al PP, obtuvo tan pocos votos y escaños (47 asientos por el 39,57% de los comicios). El PSOE no suma mayoría absoluta ni a la derecha con Ciudadanos, pese a la fortísima escalada de la formación naranja, ni a la izquierda con Adelante Andalucía. Con los primeros se quedaría a un diputado de gobernar (54) y con los segundos, le faltarían cinco (50). Tan solo un hipotético pacto con el PP permitiría al PSOE revalidar su Gobierno al alcanzar los 59 parlamentarios.

Con estos resultados en la mano, Díaz se aleja al Palacio de San Telmo y se acerca, pese a sus pésimos resultados, Juanma Moreno Bonilla. El PP se ha dejado más votos que el PSOE (el 30%), pero solo siete escaños y, lo que es más relevante, alcanza 59 escaños si se suma a los diputados obtenidos por Ciudadanos y Vox. Solo con el apoyo de Ciudadanos, los populares ya tendrían más apoyos en el Parlamento que el PSOE en solitario, aunque Moreno Bonilla necesitaría a Vox para frenar la unión de PSOE y Podemos.

Casado buscará formar Gobierno

Las primeras declaraciones de Pablo Casado apuntan a que el PP buscará formar esta nueva mayoría y gobernar en la Junta. Moreno Bonilla, además, ha evitado el sorpasso de Ciudadanos, pese al excelente resultado de este partido. El PP es la segunda lista más votada en en la primera prueba electoral de Pablo Casado tras haber sido elegido presidente del partido este verano.

Ciudadanos se queda lejos de sobrepasar al PP en escaños (21 frente a 26), pero en votos se ha quedado a menos de 100.000. La formación liderada por Juan Marín no ha acusado el desgaste de haber apoyado el Gobierno de Susana Díaz y es junto a Vox la gran triunfadora de la noche, habiendo duplicado votos y escaños. Queda por ver su estrategia postelectoral. De entrada, Marín se presentará a la investidura.

Más agria ha sido la noche para Adelante Andalucía, que no ha capitalizado la oposición de izquierdas a Susana Díaz. La marca de Podemos e Izquierda Unida en estas elecciones, ha quedado muy por debajo de los resultados de 2015, con 17 escaños y el 16,16% de los votos. Hace tres años la candidatura de Teresa Rodríguez obtuvo 15 diputados y la de Antonio Maíllo, cinco. Sumaban entonces tres escaños más de los que han obtenido de forma conjunta esta vez, y han perdido un tercio de los votos. Podemos logró más votos en solitario que integrando IU tres años después.

Vox, finalmente, irrumpe en las instituciones españolas. Es la primera vez desde la Transición (cuando Blas Piñar obtuvo un diputado) que un partido de extrema derecha consigue representación en un parlamento español. España deja de ser una rara avis europea, y el populismo nacionalista y xenófobo ha encontrado su hueco electoral con 12 escaños y 400.000 votos para un partido que hace dos años era residual.La aspiración de Vox es desalojar a Susana Díaz del Palacio de San Telmo. Queda ver tanto las condiciones que pueda exigir al pacto de derechas como la disposición de PP y Ciudadanos a elegir este partido como socio.

Poner freno a la extrema derecha ha sido el principal, y casi único, argumentario de Susana Díaz en sus primeras palabras tras las elecciones. La candidata socialista y aún presidenta de la Junta ha afirmado que se pondrá manos a la obra para buscar un pacto que aísle a Vox.

Los datos de la participación difundidos a lo largo del día ya hacían barruntar un mal resultado para el PSOE, con caídas en sus feudos y subidas en barrios tradicionalmente de derechas. Según las cifras publicadas a las 18.00, las mayores caídas en la participación —que, a nivel general, finalmente se queda a cuatro puntos de la obtenida en 2015, en el 58%— se cebaban con las provincias que tradicionalmente han sido bastiones para el PSOE: Sevilla, Cádiz y Jaen. Por el contrario, era más suave en Almería, la única provincia donde el PP ganó en 2015 y donde ha vuelto a revalidar la victoria. En esta provincia, Vox es tercera fuerza política. En la ciudad de El Ejido, primera.

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