Dia se hunde un 6% en Bolsa y vuelve a registrar un mínimo histórico
La acción cierra en un nivel de 0,661 euros, un nuevo suelo Los bonos también se resienten tras conocerse que los bancos han restringido las líneas de crédito para pagar a proveedores del grupo
Dia ha cerrado la sesión bursátil de este viernes con un retroceso del 5,94%, lo que le ha llevado a registrar un nuevo mínimo histórico, quedando el precio de la acción en 0,6618 euros. El anterior mínimo lo registró el 22 de octubre, cuando el valor cerró en 0,664 euros, en pleno desplome de los títulos tras el anuncio de un profit warning.
Su deuda cotizada ha sufrido una suerte similar. Los bonos que vencen el 22 de julio de 2019 y que suman 305,7 millones de euros se pagan al 74,9% del nominal, frente al 85% de ayer, cerca del mínimo que marcó el 13 de noviembre; los que expiran en abril de 2021 (300 millones), al 58,7% frente al 66,7%; y los que caducan en abril de 2023 (también 300 millones), al 52,9%, frente al 57,7%, después de que CincoDías haya publicado que la banca ha restringido al máximo las líneas de financiación del grupo para pagar a sus proveedores.
La banca, en plena negociación de la deuda a medio y largo plazo de Dia, ha decidido cerrar las líneas de confirming (en esencia, financiación para efectuar pagos a proveedores) del grupo de distribución. Dia contaba con 586 millones de euros este en este tipo de créditos a 30 de junio de 2018, de los que había utilizado unos 370. Las entidades que se los proporcionaban han decidido restringírselos al máximo en el último mes y medio, según fuentes financieras.
La compañía lleva en la diana del mercado desde que el 15 de octubre, cuando recortó sus previsiones de beneficio bruto de explotación (ebitda) para el presente ejercicio. Las situó entre los 350 y los 400 millones de euros desde los 568 millones de 2017.
Santander, BBVA, Deutsche Bank, Sabadell y CaixaBank han cancelado más de 200 millones de euros de esas líneas de confirming, de manera que el colchón con el que contaba Dia se ha volatizado. Esto daña su capacidad para financiar los pagos a proveedores, que en la práctica ha desaparecido, y, por tanto, se ve obligada a utilizar caja para ejecutar esos abonos. El declive del negocio en los últimos meses ha encendido las alarmas de los comités de riesgos de los bancos, más preocupados del pasivo a corto que del de largo plazo.
En los últimos cuatro ejercicios, Dia nunca había recurrido tanto a la fórmula de financiación del confirming como en el primer semestre de este año. Además, los bancos han ido reduciendo de forma paulatina esta fuente de financiación. En 2014, Dia disponía de un colchón bancario de 756 millones para sus proveedores, por los 586 que, antes del recorte efectuado por los bancos, disponía para este año. Entretanto, su liquidez ha pasado de los 158,6 millones de euros de cierre de 2017 a los 132,5 del 30 de septiembre, debido a esa exigencia que tiene ahora el grupo de utilizar su generación de caja para pagar a los proveedores. Esto disminuye su capacidad operativa y genera tensiones de tesorería a corto plazo, según las fuentes consultadas.
La deuda neta de la compañía se situaba a cierre del tercer trimestre en 1.422 millones de euros, de los que el 77% son a largo plazo. La compañía tiene bonos en circulación por un total de 906 millones de euros, con unos cupones anuales que van del 0,875%, de los que vencen en 2023, al 1,5% de los que expiran el próximo julio, pasando por el 1% de los que deben ser amortizados en 2021. Al mismo tiempo, contaba con un crédito revolving (de libre disposición) de 500 millones en junio, del que había consumido 124 millones, según explicó Antonio Coto Gutiérrez, consejero delegado de Dia, en la presentación a analistas del pasado 30 de octubre.
Ese mismo día, confirmó que tienen tiempo de llegar a un acuerdo de refinanciación que les permita afrontar los vencimientos en ocho meses de bonos por 306 millones. Fuentes financieras confirman que la compañía estaba negociando una refinanciación global y que, salvo sorpresa de última hora, se firmará en los próximos días.
La cantidad que se está negociando con los acreedores principales se sitúa en el entorno de los 900 millones. Entre los negociadores se encuentran BBVA, Santander, Deutsche Bank, ING, Barclays, BNP Paribas, JP Morgan y Société Générale.
En lo que va de año, la caída de las acciones supera el 84% siendo el peor valor del selectivo en 2018. Ayer jueves, fueron abultados sus descensos, del 9,24% al cierre.
Entre los grandes accionistas que han salido o recortado su posición en la compañía está el fondo soberano de Noruega, Norges Bank, que el pasado 27 de noviembre declaró un 2,638% frente al 3,012% anterior. Antes de que estallaran todos los problemas, la participación del fondo soberano, en el mes de mayo, se situaba en el entorno del 5,161%.