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Guía definitiva para acceder a Madrid Central: quién puede entrar y quién no

El próximo viernes entran en vigor las nuevas normas para circular por la capital Dos recursos del PP ante los tribunales hacen peligrar el plan de Carmena

Cartel anunciando las restricciones de tráfico a Madrid Central.
Cartel anunciando las restricciones de tráfico a Madrid Central.Pablo Monge

La entrada en vigor de las restricciones al tráfico privado de Madrid Central, a partir del próximo viernes 30 de noviembre, cambiará la forma de moverse en la capital, puesto que ya solo irán al centro en coche sus vecinos e invitados, los vehículos no contaminantes y quien estacione en un aparcamiento.

En este área de bajas emisiones de 472 hectáreas se eliminará el tráfico de paso, el que cruza pero no tiene origen ni destino en Madrid Central -unos 58.678 vehículos diarios- y está previsto reducir en un 40 por ciento las emisiones contaminantes de dióxido de nitrógeno (NO2).

El Gobierno municipal de Manuela Carmena defiende además que Madrid Central permitirá reducir el ruido y recuperar espacio público para los viandantes, que desde ayer disfrutan también de una renovada Gran Vía, incluida en este área.

Vecinos, coches poco contaminantes y transporte público

Podrán moverse en el centro sin restricciones los vecinos empadronados, con posibilidad de autorizar la entrada de 20 invitados al mes y los coches poco contaminantes, los cero emisiones y los Eco, además de los de las personas con movilidad reducida.

Circularán libremente el transporte público colectivo -taxis, autobuses y VTC- y los modos limpios- bicicletas, patinetes o 'car sharing'.

La mayoría de los vecinos conocen ya el funcionamiento de un área de prioridad residencial (APR), pues en la actualidad funcionan cuatro -Letras, Embajadores, Opera y Cortes- y solo se estrenan los habitantes de Universidad (Malasaña) y Justicia.

El Ayuntamiento autorizará de oficio el acceso a Madrid Central de estos vecinos empadronados, salvo que el vehículo sea en usufructo.

El coche, al parking

Para la mayoría de los conductores la única forma de acudir en su vehículo al centro será estacionando en un aparcamiento de Madrid Central, público o privado, pero con distintivo municipal.

En cambio, no podrán tirar de aparcamiento los coches sin etiqueta ambiental de la DGT, es decir los de gasolina anteriores al 2000 y los diesel matriculados antes de 2006, apartados del centro por ser los más contaminantes.

Quien acceda a Madrid Central debe poder estacionar para evitar la multa, por lo que el Ayuntamiento pretende instalar paneles donde se informe de las plazas libres, que sin embargo llegarán con cinco meses de retraso.

También podrá acceder el que tenga un garaje en la zona y en el caso de los visitantes, el que acuda a un hotel con garaje.

Familias con hijos escolarizados y trabajadores nocturnos

Se autoriza el acceso de los empleados nocturnos que entren o salgan del trabajo entre las 00.00 y las 06.30, siempre que no residan en la capital.

Además, fruto de la oposición a la medida, se han tramitado permisos en los días lectivos para las familias que tengan hijos escolarizados en Madrid Central, que recibirán autorizaciones tramitadas por los centros educativos.

Suministros, servicios profesionales y vehículos de emergencia

Madrid Central garantiza la entrega de suministros y la prestación de servicios industriales y comerciales mediante permiso de acceso a profesionales y a vehículos de mercancías, con un horario de reparto más o menos amplio en función de cómo de contaminantes sean.

Además, a partir de 2020 no podrán acceder los vehículos ligeros (furgonetas) sin etiqueta y en 2022 tampoco los B, mientras que en el caso de camiones y furgones se eliminarán los que no tienen etiqueta en 2023 y los B en 2025.

El Ayuntamiento también permite el acceso del suministro de farmacias y vehículos de emergencias.

Bulevares y rondas, marcan el perímetro rojo del Madrid Central

El nuevo perímetro -marcado por los bulevares y las rondas y señalizado con una doble línea roja- es compacto, incluye la Gran Vía, y elimina, salvo excepciones puntuales, las calles de libre circulación, por lo que el Ayuntamiento prevé una reducción de las multas por despiste.

Lo forman Alberto Aguilera, Glorieta de Ruiz Jiménez, Carranza, Glorieta de Bilbao, Sagasta, Plaza de Alonso Martínez, Génova, Colón, Recoleto y Paseo del Prado, la Plaza del Emperador Carlos V, las rondas de Atocha, Valencia, Sevilla y Toledo, Cuesta de la Vega, Calle Mayor, Plaza de España (lateral continuación de la Cuesta de San Vicente), Princesa y Serrano Jover.

Periodo de pruebas y sanciones

Aunque las limitaciones arrancan el próximo viernes, en el mes de diciembre solo habrá control manual y será en enero cuando arranque el período informativo y el sistema informático, que se alargará dos meses.

Habrá que esperar por tanto a marzo para ver las primeras sanciones económicas y hasta entonces el Ayuntamiento solo informará por carta del incumplimiento. Voluntarios informarán a los conductores a pie de calle sobre cómo proceder.

El 8 de enero empezará a funcionar la aplicación web para que los vecinos tramiten digitalmente permisos y hagan solicitudes.

El tráfico se desvía a la M30

¿Y los coches adónde irán? El Ayuntamiento no prevé una afectación relevante a las zonas limítrofes, salvo en el caso de la calle Sagasta, donde habrá un 13 por ciento más de tráfico. La mayoría de la circulación se trasladará a la M-30 y algunos dejarán el coche en casa. El Gobierno de Carmena prevé entre 19.700 y 35.800 nuevos viajes en el transporte público.

Dos recursos hacen peligrar el plan

No obstante, dos recursos presentados por el Ejecutivo autonómico de Angel Garrido, el pasado miércoles y ayer, hacen peligrar Madrid Central. Interpuestos esta semana, uno de ellos contra la ordenanza de movilidad sostenible -como ya hizo el grupo municipal del PP- y el otro contra el acuerdo de Junta de Gobierno que aprobó la medida, alegan que se ha incumplido el trámite de audiencia pública, que el Ayuntamiento se extralimitaen sus funciones y que faltan informes.

El Ejecutivo regional del PP ha pedido la paralización cautelar de la medida, que la delegada de Medio Ambiente y Movilidad de la capital, Inés Sabanés, ha defendido esta semana en Bruselas.


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