Economía asiática: ¿cuál es su futuro?
Crece muy rápido, pero hay riesgos como el exceso de deuda o las tensiones comerciales
La economía asiática sigue experimentando un gran crecimiento económico. La fuerte apuesta por el comercio global y las reformas inclusivas impulsan la economía a ritmos muy acelerados. Junto con Estados Unidos, grandes economías asiáticas, como China, lideran el crecimiento mundial. En los últimos años, y pese al enorme derrumbe que sufrió el continente hace unos años, ha despegado con la intención de situarse como la primera economía del mundo.
Si observamos el crecimiento que ha experimentado Asia en los últimos años, se ha colocado entre las economías que lideran el crecimiento global, llegando a colocarse, en aspectos tan relevantes como el comercio internacional, como líder del mercado global.
Asia posee un amplio elenco de economía semergentes, lo que refleja el claro potencial de crecimiento de su economía. Además, si realizamos un análisis y eliminamos casos como el de Venezuela u otros fracasos, la economía asiática se colocaría como la más emergente del panorama global.
Estamos ante un conjunto de economías que no solo pretenden liderar el comercio mundial, sino que pretenden liderar el crecimiento global, pues tras tocar fondo hace 20 años, la reestructuración, las reformas gubernamentales y el ingreso de China en la Organización Mundial de Comercio ha llevado a la región a los primeros puestos del ranking. Un verdadero hito para unas economías que se encontraban al borde del rescate.
Este crecimiento no se ha producido por casualidad, pues lo han impulsado la fuerte apuesta por la apertura al comercio exterior, las exportaciones y las relaciones comerciales en el mercado global.
A su vez, la integración de todas las regiones que conforman el tejido asiático y la liberalización del dólar han hecho que este crecimiento sea, a la vez que más generalizado, más sostenible en el largo plazo.
Y es que China, ya en 2014, destronó a Estados Unidos como líder del mercado global. De aquí las tensiones que se viven entre ambos países en materia comercial, pues para el presidente Donald Trump, este liderazgo proviene de supuestas ayudas al gigante asiático por parte de la OMC. Pero únicamente son suposiciones.
Si observamos los principales aspectos macroeconómicos, empezando por el comercio internacional, Asia no ha dejado de crecer, incrementando sus exportaciones año tras año y abriendo sus economías plenamente a la globalización y el comercio global. En materia de PIB, tomando como referencia a China, su región más potente, esta no ha dejado de crecer desde 1999, a ritmos muy acelerados y dejando registros del 6,8% y 6,7% en los dos primeros trimestres de este año.
Por otro lado, si observamos la evolución y los aspectos macroeconómicos de las joyas emergentes asiáticas, estas fueron las regiones emergentes que mayor crecimiento experimentaron durante el año pasado, alcanzando, al igual que China y los mercados desarrollados, ritmos de crecimiento superiores al 6%.
Eso sí, bajo el riesgo de las tensiones comerciales, pues estamos ante economías emergentes, economías que presentan crecimientos menos sostenibles y robustos en el largo plazo, y que podrían verse lastrados ante el crecimiento de las tensiones comerciales.
Los indicadores presentan un gran crecimiento de la economía asiática, que toma cada vez más relevancia en el contexto económico global. China, así como el resto de regiones que conforman el continente, representan industrias completamente potenciadas y muy presentes en el mercado global.
Además, el auge tecnológico también ha favorecido al país asiático, pues como sabemos, este es famoso por su producción de componentes tecnológicos en casi toda la región.
En mi opinión, Asia es un continente que ha sabido entender a la perfección la palabra globalización, ha sabido tomar las decisiones correctas, así como llevar a cabo las reformas pertinentes que la incluyesen en el mercado global.
La capacidad del país para crecer en el mercado global ha sido uno de los mayores aciertos, pues como ya anunció el Fondo Monetario Internacional, el comercio global iba a ir cogiendo cada vez más relevancia en la economía, llegando a ser uno de los condicionantes de mayor impacto en el crecimiento mundial, así como en el desarrollo de los países.
Asia ha sabido entender a la perfección esto y ha sabido adoptar políticas que le han llevado a alcanzar ritmos de crecimiento muy superiores a sus homólogos a nivel global. Sin embargo, no debemos quedarnos únicamente con esto, pues existen serios riesgos que podrían lastrar nuevamente la economía asiática en su conjunto.
Entre ellos, el enorme agujero de deuda global, o las ya mencionadas tensiones comerciales entre Asia y Estados Unidos, las cuales podrían representar uno de los mayores bloqueos comerciales en el contexto global.
Unos riesgos que podrían significar una ralentización para la gran expansión económica que experimenta Asia. No obstante, estamos ante una economía con gran potencial; una economía adaptable y con grandes integrantes emergentes en el conjunto; una economía que, a falta de reajustes de deuda, se muestra saneada y, por último, una economía globalizada, digitalizada y de futuro.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías