Bruselas prevé que España cree hasta 80.000 empleos menos por el alza del salario mínimo
La CE rebaja dos décimas el PIB previsto para 2019 Moscovici, cauteloso con los nuevos ingresos fiscales previstos por Hacienda
La Comisión Europea ha seguido los pasos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), Banco de España y FMI y ha alertado al Gobierno de que la subida del salario mínimo (SMI) hasta los 900 euros el próximo año tendrá un efecto negativo en el empleo. Los cálculos de las fuentes comunitarias indican que en los dos próximos años se crearán entre 70.000 y 80.000 puestos de trabajo menos, en línea con los 40.000 el primer año que apuntó el presidente de la Airef, José Luis Escrivá. Consideran, eso sí, que la subida del SMI tendrá un impacto positivo del 0,35% sobre la masa salarial. Si bien, la creación de empleo se ralentizará por la desaceleración de la demanda final, aunque se seguirá reduciendo la tasa de desempleo, hasta el 13,4% en 2020.
Bruselas cuestionó ayer además el impacto recaudatorio de esta medida vía cotizaciones sociales, que el Gobierno ha calculado en 1.500 millones de euros y que el Ejecutivo comunitario reduce a "un poco más de 1.000 millones".
El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pierre Moscovici, reconoció la "cautela" de la Comisión al evaluar el impacto de las medidas con las que el Gobierno de Pedro Sánchez pretende impulsar la recaudación el próximo año: tasa a las transacciones financieras, impuesto a las grandes tecnológicas y lucha contra el fraude. Por otro lado, fuentes comunitarias apuntan que la celebración de las elecciones municipales podría hacer que algunas de las medidas de gasto planteadas a nivel local no pudieran ejecutarse, logrando con ello un menor gasto. Además, consideran un riesgo la indemnización por la anulación de la concesión de la gestión de ATLL a Acciona.
Esas diferencias de ingresos tributarios llevan a la Comisión a aumentar su estimación de déficit público para el año que viene al 2,1%, tres décimas por encima de lo previsto por el Ejecutivo por el incremento del gasto en pensiones, el alza salarial de los funcionarios y, en menor medida, por el aumento del permiso de paternidad y la bajada del IRPF para las rentas más bajas. Para este año, considera que España acabará con una desviación del 2,7%, en línea con el Gobierno pero cinco décimas por encima de la senda presupuestaria del PP.
Más allá de las dudas sobre los ingresos fiscales, a las que restó importancia Moscovici, la Comisión Europea ratificó ayer el cambio de marcha de la economía europea, y con ella, de la española –ayer se conoció además que la producción industrial entró en septiembre en negativo en su mayor recorte en 17 meses–. Bruselas ha rebajado las estimaciones de crecimiento para este año y el próximo para la zona euro, al 2,1% este año (una décima) y al 1,9% en 2019. Una desaceleración que también percibe en el grupo de los Veintisiete, donde rebaja una décima el crecimiento para el año próximo, hasta el 2%.
España, según las estimaciones de la Comisión, seguirá creciendo por encima de la zona euro, si bien lo hará dos décimas menos de lo previsto este año, al 2,6%, en línea con la del Gobierno, y el de 2019 (2,2%), por debajo de las estimaciones del Ejecutivo.
La ministra de Hacienda respondió ayer a "los agoreros que permanentemente han arrojado dudas sobre la robustez del plan presupuestario" afirmando que la visión que hace la Comisión de los Presupuestos del año próximo "es positiva y satisfactoria".