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Condado de Wicklow: viaje hacia lo místico al sur de Dublín

Descubra el lado más ancestral del llamado “jardín de Irlanda” Glendalough es uno de los iconos de las culturas celta y cristiana

Dún Laoghaire desde Sandycove.
Dún Laoghaire desde Sandycove.Javier Martínez Mansilla (Cinco Días)

El “jardín de Irlanda” lo llaman. Una hora separa elegantes edificios georgianos de páramos solitarios; fábricas de ladrillo rojo de tenebrosos valles; canciones folk de las leyendas paleocristianas, y el Trinity College del monasterio de Glendalough.

El condado de Wicklow, a 30 kilómetros al sur de Dublín, es la escapada por excelencia de los dubliners cuando empieza a picar el gusanillo de lo salvaje y urge la necesidad de perderse en una naturaleza indómita para volver a encontrarse.

En nuestra ruta desde la capital irlandesa al condado de Wicklow le vamos desvelar tres paradas ineludibles para descubrir el lado más místico del jardín de Irlanda.

Joyce y los lunáticos

La carretera R-118, que bordea la costa hacia el sur, nos conduce en 20 minutos a la localidad portuaria de Dún Laoghaire. Junto a este pueblo nos detenemos en Sandycove, atraídos por la solitaria Torre Martello, que vigila el mar aún preparada para repeler los ataques de las tropas napoleónicas desde el siglo XIX.

Resulta que este baluarte alberga hoy el Museo James Joyce (gratuito), dedicado a la vida y obra del escritor irlandés, en el lugar en el que ambientó el primer episodio de su obra más intrigante y reconocida: Ulises. Este libro llegó a estar prohibido durante décadas en Estados Unidos y Reino Unido al ser considerado como “el libro más infame de la literatura”.

Una pequeña playa de arena oscura y rocas tapizadas de algas se asientan bajo este torreón literario. Cuentan los locales que la cala ha sido bautizada como la de “los lunáticos” debido a que, cada día del año, un grupo de personas acude para bañarse en las frías y agitadas aguas del mar de Irlanda. Llueva, nieve o granice.

La carretera militar

Ya en Wicklow, la suave campiña va dando paso a un paraje cada vez más crudo y desolador. Conducimos por la Old Military Road (R-115), la antigua carretera construida por el Ejército británico (siglo XIX) para ir a la caza de los rebeldes irlandeses que se escondían en este entorno de colinas verdes donde aparecen diminutos pueblos perdidos entre la niebla.

Bosques de Wicklow.
Bosques de Wicklow.J. M. Mansilla (Cinco Días)

La estrecha carretera avanza por páramos sembrados de turba, brezo y aulaga hasta adentrarse en un bosque de coníferas que nos guía hacia valles de origen glaciar y lagos de aguas negras como el Lough Tay (lago Guinness).

Hemos llegado al Parque Nacional de las Monta­ñas de Wicklow (200 km2), que se divide en dos áreas: el misterioso valle de Glendalough y los espesos bosques de robles que lo rodean y que adquieren en temporada otoñal colores ardientes. En este entorno se han rodado escenas de Braveheart y Vikingos.

San Kevin y los dos lagos

Entre montes escarpados se esconde la aldea de Glendalough, cuyos orígenes están ligados a la leyenda de San Kevin. Se cree que en el siglo VI este noble irlandés decidió abandonar todos sus privilegios para entregarse a la vida monacal y huir a lo más profundo del bosque para meditar en soledad.

Finalmente, recabó en un profundo valle bañado por dos lagos, o en gaélico glendalough, donde empezó a convertir paganos al cristianismo, a obrar milagros y a fundar un monasterio que se convertiría en el principal centro de peregrinación de toda Irlanda.

Hoy, el viajero se encuentra en Glendalough un escenario enigmático, casi siniestro, donde las ruinas de este antiguo cenobio parecen formar parte de la naturaleza indómita.

La torre cilíndrica de las ruinas de Glendalough entre lápidas y cruces celtas.
La torre cilíndrica de las ruinas de Glendalough entre lápidas y cruces celtas.Javier Martínez Mansilla (Cinco Días)

Un halo de misterio se apodera de nosotros nada más traspasar los muros de piedra de este complejo monástico masacrado en innumerables ocasiones por vikingos (siglo X), normandos (XII) e ingleses (XIV) ávidos por destruir este símbolo de la cultura irlandesa.

Las cruces celtas, lápidas y losas del cementerio, aún en uso, se mezclan con edificaciones como la torre cilíndrica del campanario, de 33 metros de altura, o la ermita de St. Kevin Chicken.

El Upper Lake se encuentra al final del valle de Glendalough.
El Upper Lake se encuentra al final del valle de Glendalough.Javier Martínez Mansilla (Cinco Días)

Un camino agreste nos conduce por un bosque multicolor de robles y coníferas abrazadas por el musgo hasta llegar al final del valle. Desde afilados acantilados, una imponente cascada se precipita sobre las aguas sombrías del Upper Lake.

Las leyendas cristianas cuentan que en la ribera del lago San Kevin estableció su refugio espiritual entre árboles, y las celtas que aquí habitaba una criatura con forma de serpiente. Y no tenía nada que ver con Nessie.

Estofado a la Guinness.
Estofado a la Guinness.J. M. Mansilla (Cinco Días)

Guía de viaje

Wild Wicklow Tours. Organiza excursiones de un día desde Dublín a Glendalough. El chófer-guía le irá contando las leyendas y anécdotas, además de deleitarle con alguna canción folk.

Dónde comer. Pruebe el estofado a la Guinness del Jakes Bar (Laragh).

Avoca Handweavers. Descubra el idílico centro comercial entre jardines de los reyes del textil de la lana de Irlanda, en Kilmacanogue.

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