Las inversiones en biogás, pendientes de un marco regulatorio claro
El biometano servirá para dar suministro a 10.400 casas. Este año comenzará una planta piloto de fracción orgánica.
El gas natural busca su hueco en la transición energética global hacia una sociedad baja en carbono, en especial con la inyección de gas de origen renovable en su infraestructura. Es una pieza del puzle en la propuesta del Gobierno socialista, que pretende ir cerrando las plantas de carbón, las nucleares y ser tecnología de apoyo a las renovables.
El biometano obtenido del tratamiento de aguas residuales daría a España un potencial energético de 0,28 bcm, según un estudio de Naturgy coordinado por Energylab y con la colaboración de la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad de Barcelona, la Universidad de Valladolid, la Universidad Politécnica de Valencia y la Universidad de Cádiz.
Tomando como materia prima la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos, además de los lodos de las depuradoras, el potencial accesible permitiría obtener en España 0,45 bcm/año de gases renovables en 2020, que cubriría prácticamente el consumo de gas natural de la ciudad de Madrid, de acuerdo con las previsiones del IDAE.
Si la producción tuviera también en cuenta otras materias primas como las derivadas del sector agroindustrial, el potencial de obtención de gas renovable llegaría a cubrir hasta un 7,7% de la demanda de gas, en línea con Europa, lo que convertiría al biometano en un actor relevante en la mejora de la seguridad de suministro y la independencia energética.
Los ciclos combinados dan estabilidad al sistema eléctrico, según la patronal Sedigas
En este sentido, algunos países, como Francia, Italia y Alemania, han establecido distintos mecanismos para favorecer la investigación y construcción de plantas, por lo que “esperamos que en España también podamos incorporar los elementos necesarios para apoyar el desarrollo de esta nueva tecnología renovable y competitiva”, avanzan en la Asociación Española del Gas, Sedigas.
Tal y como demuestra la experiencia europea, es necesario fijar unos objetivos políticos, estratégicos y medioambientales para el desarrollo de este gas”, añaden en la asociación. De momento, esto no ha sucedido y no está entre las prioridades del nuevo Ejecutivo. Teresa Ribera, actual ministra para la Transición Ecológica, avanzó en el Foro CincoDías que el gas como uso doméstico debería desaparecer en 2030.
“Es una garantía constante de suministro eléctrico cuando las circunstancias meteorológicas, viento, lluvia, sol, no son las adecuadas e impiden el funcionamiento de las energías renovables”, insisten en Sedigas.
Proyectos en marcha
Para el sector, España no debería perder la oportunidad que ofrece el gas renovable, el cual suma a todos los beneficios que ya aporta el gas natural como combustible convencional los propios de una energía renovable que se ajusta a los requerimientos de la economía circular.
Naturgy y Enagás son los principales actores en este negocio. Actualmente España tiene una planta de producción de biometano en el Parque Tecnológico de Valdemingómez, gran vertedero de Madrid. Y otras dos plantas de biometanización, también en Madrid, Las Dehesas y La Paloma, cuya materia prima son los residuos orgánicos.
La central de Las Dehesas tiene una capacidad de tratamiento de residuos para el proceso de biometanización de 160.000 t/año, con una producción de biogás de 21,5 MNm3/año (metros cúbicos de metano al año). La planta de La Paloma tiene una capacidad de tratamiento de residuos para el proceso de biometanización de 110.000 t/año, con una producción de biogás de 12,36 MNm3/año.
Se trata de uno de los mayores complejos de producción continua de biometano que hay en Europa, con una capacidad total de 4.000 m3/h de biogás, y una depuración del 98% de riqueza de metano. Los 70 GWh anuales de biometano inyectados en la red gasista de transporte equivalen al combustible de más de 190 autobuses de la EMT o al consumo de gas de más de 10.400 viviendas.
Como resultado de estos proyectos, se están dejando de emitir en torno a 467.273 toneladas de CO2 a la atmósfera, valor importante a considerar para contribuir a los objetivos de reducción de emisiones nacionales a corto y largo plazo, recalcan en Sedigas.
En cifras
21,4% es la participación del gas en el mix energético como materia prima.
9,8% en lo que va de año aportan los ciclos combinados a la generación eléctrica.
2020 es el año en el que el biogás podría cubrir prácticamente la demanda de gas en Madrid capital.