Carlos García: "Los grandes grupos españoles no han fomentado la cultura cervecera"
El fundador de La Sagra, Carlos García, busca popularizar la cerveza 'craft' El año pasado facturó 2,5 millones de euros y vendieron 8.200 hectolitros
Entre cajas, botellines y paredes recién engalanadas con pintura de pizarra, el fundador de la cervecera artesanal La Sagra, Carlos García (Madrid, 1983), reivindica la figura de esta bebida como producto gastronómico. “Los grandes grupos españoles están muy regionalizados y no han fomentado la cultura de la cerveza”, crítica, desde la fábrica de La Sagra, situada en el municipio toledano de Numancia de la Sagra, donde los viernes organizan fiestas con foodtrucks y música en vivo.
Aunque García estudió Publicidad y Relaciones Públicas, fue durante un Erasmus en Suecia cuando comenzó a interesarse por el universo de la cerveza artesanal, mucho más desarrollado en el resto de Europa que en España. Así nació, en 2011 y con 300.000 euros de inversión, La Sagra, una empresa que vendió más de 8.200 hectolitros [cien litros] de cerveza y facturó dos millones y medio de euros en su último ejercicio. “Aunque no hay cifras muy claras, nos atrevemos a decir que somos la cervecera artesana que más vende”, explica orgulloso el empresario. Además, asegura que en los casi ocho años que lleva funcionando la fábrica han llegado a invertir un total de tres millones de euros.
Para el fundador de la marca, el mayor reto al que se enfrente ahora es al desconocimiento sobre la cerveza artesanal entre el público general. “Representa menos de un 1% del mercado de cerveza, mientras que en mercados más maduros, como sucede en Estados Unidos, supone un 12% en volumen y un 18% en valor”, ilustra García, quien cree que es cuestión de seis o siete años que se llegue a esas cifras. “Hasta las grandes cerveceras se están subiendo al carro del craft. Ahora todas lanzan IPA [India pale ale, cervezas que se caracterizan por contener una gran cantidad de alcohol y de lúpulo] y ediciones especiales, lo que era impensable hace algunos años”, prosigue.
El empresario asegura que la gran ventaja competitiva de La Sagra es que elaboran lo que él llama cervezas democráticas. “Tenemos estilos suficientemente diferentes a los industriales para que los clientes los perciban como algo artesanal, pero sin que estén tan alejados como para provocar su rechazo”, relata García. También destaca que gracias al nivel de madurez que han alcanzado, pueden producir lotes muy homogéneos. “Hay marcas que consideran un valor añadido que la cerveza sepa siempre distinta, pero yo creo que si al consumidor le gusta nuestra cerveza, querrá que cada vez que la compre sepa igual”, reivindica.
El perfil del consumidor de La Sagra, que está participada en un 51% por el grupo Molson-Coors, oscila entre los 25 y los 45 años. “Es gente que cuenta con un perfil socioeconómico alto, aunque es más una cuestión social que económica. Tienen que ser personas abiertas, que viajen, con interés por la gastronomía...”, apunta García.