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Tribuna
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Italia: ir a peor antes de mejorar

La amenaza de rebaja crediticia puede convencer a Roma de ajustar el presupuesto

CINCO DÍAS

Italia es la tercera economía de la eurozona y la de mayor deuda soberana nominal. Así que es de importancia sistémica. Pero el Gobierno italiano ha confirmado un objetivo de déficit deL 2,4% del PIB para 2019, del 2,1% para 2020 y del 1,8% para 2021. Estas cifras, salvo desaceleración significativa, no harían descarrilar la ratio deuda pública/PIB. El problema es que burla las normas de la UE y en lugar de ajustar el presupuesto, estructuralmente trata de aumentarlo un 0,8%.

En todo caso, la previsión del Ejecutivo de crecer el 1,5% en 2019 parece optimista, pues aunque la expansión fiscal propuesta puede impulsarlo un 0,7%, el efecto puede ser menor por el endurecimiento financiero y monetario. Además, la economía mundial parece estar perdiendo fuerza cara a 2020. Ahora, tras presentar sus planes a la Comisión Europea, esta solicitará un proyecto revisado. Si Roma no cumple, Bruselas puede sancionarla o abrir un procedimiento de déficit excesivo, aunque carece de herramientas para hacerlo cumplir.

Nuestro escenario es de acuerdo con alguna concesión, en un proceso accidentado en los próximos meses. De hecho la amenaza de rebaja de calificación crediticia puede convencer al Ejecutivo de ajustar el presupuesto. De momento la rentabilidad a vencimiento de los bonos a diez años de Italia es más del doble que la de España y el balance de bancos y compañías de seguros italianos se ve afectado por exposición a los bonos de su Gobierno, lo que puede aumentar el coste de financiación. Por su parte, la CE puede hacer concesiones para evitar el contagio a otros países, que alimente a los euroescépticos de cara a las elecciones europeas de mayo.

Lo peor es que Italia se enfrente cueste lo que cueste, con contagio a la deuda de otros países. En un escenario alternativo Roma haría el ajuste pedido, lo cual sería el mejor resultado para los mercados. Sin embargo parece muy improbable que lo haga sin luchar, pues los líderes de los partidos gobernantes, el 5 Estrellas y la Liga, están centrados en sus electores. De todas formas, las diferencias pueden empujarlos a hacer cambios si creen que pueden perder terreno en las urnas.

Por su parte, el BCE querrá evitar que se perciba que proporciona apoyo a un Gobierno en la dirección “equivocada” y no cambiará el volumen de bonos italianos que compra, salvo que las tensiones financieras aumenten hasta generar un endurecimiento injustificado. Así que las cosas pueden empeorar antes de mejorar y es probable que la volatilidad del mercado continúe.

Nadia Gharbi es economista de Pictet Wealth Management

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