Dime cómo y con quién viajas y te diré a qué tribu perteneces
La globalización ha dado lugar a nuevos perfiles de turistas Hábitos, estilos de vida, poder adquisitivo y edad marcan las tendencias
Antes o después, las tendencias se imponen, también en turismo. Como en tantos otros sectores, la globalización y la popularización de los viajes ha provocado que los perfiles de viajeros cambien y se multipliquen, reconocen e identifican fuentes de la industria y hoteles.
Los nuevos nichos turísticos obedecen a criterios geográficos o demográficos –generación a la que pertenecen–, socioculturales o económicos diferentes, con hábitos y estilos de vida distintos.
Los hombres de negocios buscan ocio; padres e hijos acompañan a la generación X y los cincuentones son la nueva imagen del lujo
Sus intereses para conocer nuevos sitios son diversos, quieren experiencias nuevas tanto en los destinos a los que van como en los establecimientos en los que se hospedan.
¿Quiere saber a qué tribu viajera pertenece? Estos son algunos de los nómadas ocasionales identificados por cómo y con quién viajan.
‘Bleisures’
Del inglés business and leisure –negocio y ocio–, son los hombres de negocios que viajan por trabajo. Los nuevos ejecutivos no quieren solo una estancia cómoda para descansar, celebrar una reunión o asistir a un congreso o conferencia profesional. Complementan su itinerario con elementos y servicios de entretenimiento en destino. Les interesa la gastronomía local, el arte y la cultura.
‘Explorers’
Buscan experiencias intensas y tienen un gran afán de aventura y de superación. Eligen viajes de expedición –no temen embarcarse solos, sin amigos– a rincones remotos del planeta. Les estimulan las causas que ayudan a preservar el planeta o la cultura local en lugares pocos turísticos.
‘Dinks’
Del inglés double income no kids o, lo que es lo mismo, dos salarios sin niños. Son parejas sin hijos, con tiempo y dinero para dedicar al ocio, tienen gustos caros y pueden viajar fuera de temporada. Gastan en gastronomía y en actividades culturales y no desdeñan las actividades físicas.
‘Baby boomers’
Tienen entre 50 y 70 años, una renta alta o ahorros, gastan más que nunca en viajes y son el segmento más común en los recorridos de lujo. Son una nueva clase de viajeros emergentes. Activos, en forma e informados. Les gusta la aventura, descubrir sitios y aprender cosas nuevas y tienen tiempo.
Generación X
Están entre 35 y 50 años y gastan mucho en los viajes de ocio tanto si viajan solos como en familia. Suelen ser el segmento de viajeros que más valor da a la familia y planifica al detalle tanto si se van con su hijos como si les acompañan sus padres, en ambos casos se les conoce también como los family friendly. Les importa mucho los servicios por los que pagan, cuidan la relación calidad-precio y seleccionan rutas y opciones de entretenimientos en las que puedan participar todos. En este nicho también proliferan los singles. Manejan presupuestos altos, ponen en valor las experiencias frente al materialismo como una forma de realizarse como personas; son consumidores informados y tecnológicos.
‘Millennials’
Tienen entre 25 y 35 años, mucho potencial para viajar y mucha oferta para elegir. Siempre van con sus gadgets –dispositivos– tecnológicos. Juegan con la inmediatez y la rapidez y están conectados permanentemente. Desean experiencias únicas y nuevas, pero no van a lugares u hoteles sin wifi. Son independientes y adoran participar de la cultura y el estilo de vida locales. Se inspiran en las redes sociales para el dónde y cómo viajar y en gastronomía prefieren los alimentos healthy –saludables–.
‘Wellness warriors’
Llevan, independientemente de su edad, un estilo de vida que se caracteriza por todo lo que tiene que ver con el bienestar, los hábitos saludables y la ecología y no están dispuestos a sacrificarlos cuando viajan. Eligen hoteles wellness y ecofriendly e investigan las rutas y lugares con mimo antes de decidirse para no frustrar sus expectativas.
‘Digital nomads’
Son profesionales que usan la tecnología portátil y trabajan de manera remota en cualquier parte del mundo. Abandonan las oficinas y los horarios rígidos en favor de espacios de coworking o en plena naturaleza –playas, selvas, parques–. Trabajan por libre o por proyecto. Se consideran ciudadanos globales y no temen explorar nuevos destinos ni el desarraigo.