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El vuelo de Benjamin Smith en Air France-KLM va con retraso

El nuevo CEO ya ha sufrido el rechazo de los empleados, que amenazan con otra huelga

Hogue

Benjamin Smith (Canadá, 1972) es prácticamente un desconocido en Francia. El ejecutivo será el consejero delegado del holding de aerolíneas con sede en París Air France-KLM desde el próximo 30 de septiembre. Smith será el primer CEO extranjero de la compañía franco-holandesa en sus casi 100 años de historia. Y ese es precisamente el motivo de que sus futuros empleados no le hayan brindado el mejor de los recibimientos.

Sustituirá en el cargo a Jean-Marc Janaillac, que llevaba dos años al frente. El directivo francés le deja en herencia un cielo repleto de nubes negras que Smith tendrá que disipar. Janillac gestionó mal sus últimos tiempos en la cúspide de Air France-KLM. El pasado 20 de abril los empleados de la aerolínea cumplían 13 jornadas de huelga ininterrumpidas, que le ocasionaron a la firma pérdidas por valor de 300 millones de euros, para pedir un aumento salarial. El CEO saliente abrió entonces una consulta abierta para sus trabajadores que convirtió en un plebiscito sobre su continuidad. Y lo perdió. Un 55,4% de los 46.771 votantes dijeron no al incremento del 7% en cuatro años en sus nóminas, tras lo que Janillac anunció su dimisión.

Air France-KLM nombró a la exministra de Empleo entre 1995 y 1997, Anne-Marie Couderc, presidenta no ejecutiva en funciones durante la transición. El nombre de Smith no salió a la luz hasta el día 16 y, lejos de agradar, volvió a aumentar la brecha entre el panel directivo de la compañía y sus trabajadores. “¿Entregarle las llaves de AF a un americano?”, se preguntaba Philippe Evain, presidente del SNPL, el principal sindicato de pilotos francés.

Los empleados de la aerolínea, que piden un incremento salarial no progresivo del 5,1%, tampoco encajaron bien las filtraciones de algunos medios galos que apuntaban a que Smith percibirá un sueldo de 3,3 millones de euros anuales, el triple que su predecesor.

Sin embargo, el rechazo no es unánime. El Estado francés es el principal accionista de Air France-KLM con un 14,8% de los títulos en propiedad. El ministro de Economía, Bruno Le Maire, expresó su conformidad con la propuesta de Smith como nuevo consejero y aseguró que el representante estatal votaría sí a su nombramiento en la votación de la junta. “Es un gran profesional del transporte aéreo, cuya trayectoria refleja un conocimiento profundo del sector a escala internacional y grandes cualidades de gestión”, señaló Le Maire.

A pesar de su juventud, Smith acumula suficiente experiencia para desempeñar un cargo de alta responsabilidad. Compaginó sus estudios en Economía con un trabajo en el departamento de atención al cliente de una aerolínea local, Air Ontario, en la que entró en 1990 con apenas 18 años. Tras obtener la licenciatura de la Universidad Oeste de Ontario, en 1993 abrió su propia agencia de viajes. Su éxito propició que conociese a Calin Rovinescu, actual CEO de Air Canada, que en 2002 designó a Smith como gerente general de Tango, una filial de bajo coste de la aerolínea nacional canadiense.

También fue el encargado de desarrollar e impulsar Rouge, la división low cost de Air Canada para vuelos en territorio nacional. En 2007 culminó su fulgurante ascenso en la compañía al entrar a formar parte del panel directivo y, en 2014, fue nombrado presidente de la compañía, el número dos de su tutor Rovinescu. Smith es un hombre reservado y celoso de su vida personal, de la que poco ha trascendido. Corre el rumor de que entre sus empleados le llaman, cariñosamente, Ti Ben –algo así como Pequeño Ben– por su estatura.

Extremadamente introvertido, trabajadores de la empresa le describen en Les Èchos como un directivo “díficil” en el trato personal pero con sobrada capacidad para “hacer dinero”. “Si Air Canada ha superado varios años difíciles ha sido en gran parte gracias a él”, señalaba uno de los empleados de la aerolínea al periódico francés Le Parisien. A pesar de tener fama de ser poco amistoso y de favorecer a los accionistas, tiene cierta experiencia en resolver conflictos. Tuvo buena relación con los sindicatos de la firma canadiense en sus diez años como número dos, con los que selló dos acuerdos evitando sendas huelgas.

Smith tendrá que rememorar cómo lo hizo para gestionar la nueva etapa al frente del holding franco-holandés (Air France se fusionó en 2004 con la aerolínea nacional holandesa, KLM). “Deseo ganarme la confianza y el respeto de los equipos de la compañía para que trabajemos y tengamos éxito juntos en esta industria fuertemente competitiva y en muy rápida evolución”, apuntó Smith después de que Air Canada anunciase su salida de la empresa.

Entre los múltiples retos que tendrá que asumir está el mejorar la eficiencia operativa para recuperar la confianza de sus clientes, además de solucionar los conflictos internos, para lo que ya llega tarde –los empleados amenazan con hacer otra huelga en septiembre–. De momento, el vuelo de Smith a Francia sale con retraso.

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