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Déficit público

Hacienda busca el apoyo de Podemos a su senda fiscal con el alza del IRPF a rentas altas como gran baza

Montero se reúne con Echenique para tratar de acercar posturas El Gobierno estudia elevar a 20 semanas el permiso de paternidad de los funcionarios

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Álvaro García.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Álvaro García. EL PAÍS
Juande Portillo

El Gobierno trabaja ya contrarreloj para lograr apoyos a su nueva senda de déficit. Tras lograr ayer el aval de las comunidades autónomas a sus cifras, el Consejo de Ministros las aprobará mañana y las remitirá de nuevo al Congreso de los Diputados, después del rechazo de julio. La nueva votación es ya cuestión de días, y ante el riesgo de un nuevo varapalo, el Gobierno ha pasado a la acción. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se reunió ayer con el secretario de organización de Podemos, Pablo Echenique, con el fin de lograr el sostén de su principal socio potencial en la Cámara Baja.

Horas antes, el Ejecutivo obtuvo el preceptivo visto bueno del Consejo de Política Fiscal y Financiera a sus objetivos fiscales. Hacienda presentó a las comunidades autónomas las mismas cifras que en la cita anterior: un déficit del 0,3% para ellas en 2019, frente al 0,1% previsto por el Gobierno anterior: 2.500 millones de euros más de margen de gasto.

El éxito estaba garantizado. El voto del Gobierno cuenta un 50%, mientras que el resto se reparte entre las comunidades autónomas, siete de las cuales gobierna el PSOE. Como protesta por este sistema, y para visibilizar el pulso que el independentismo catalán mantiene con el Estado, la Generalitat volvió a rehusar participar en esta cita telemática.

Al igual que en la ocasión anterior, los responsables de Hacienda socialistas de Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Castilla-La Mancha y Extremadura votaron a favor. Se les sumó la Comunidad Valenciana, que se había abstenido en julio, y ayer votó a favor tras tomar las riendas de la negociación su presidente, Ximo Puig. También Cantabria, gestionada por el partido regionalista de Miguel Ángel Revilla, repitió su aval.

A su vez, las comunidades regidas por el PP (Galicia, Castilla y León, Murcia, Madrid y La Rioja, y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla), mantuvieron su negativa. Murcia fue especialmente crítica, al reclamar como prioridad un nuevo modelo de financiación autonómica que Montero pedía en la oposición pero que descarta abordar ahora alegando que apenas resta media legislatura.

Superado este trámite, Hacienda presentará hoy su plan a la Comisión Nacional de Administración Local (CNAL), que aúna a municipios (FEMP) y al Ministerio de Política Territorial.

Tras aprobarlo mañana, el Ejecutivo deberá defender de nuevo su plan ante el Congreso, donde en la vez anterior solo obtuvo respaldo del PNV. Como las cifras no han cambiado, lo que hace prever un nuevo rechazo frontal de PP y Ciudadanos, el Gobierno negocia estos días con el resto de partidos para tratar de recabar apoyos. El primer gran paso lo dio ayer al sentarse a negociar a alto nivel con Unidos Podemos.

“No podemos dar un cheque en blanco. Se dio en la moción de censura porque era una emergencia echar a Rajoy. Ahora cada propuesta hay que negociarla”, manifestaban ayer en la formación morada, que recrimina al Gobierno no haberles convocado en su primer intento de aprobar la senda fiscal.

En respuesta, Podemos se abstuvo y la pasada semana pasada publicó su lista de condiciones para apoyar al Ejecutivo. Aunque existen grandes coincidencias entre este listado y las propuestas de Sánchez en el terreno tributario (para crear un impuesto a la banca, establecer una tributación medioambiental o fijar un tipo mínimo de sociedades del 15%), la pretensión de Podemos de elevar la presión del IRPF sobre rentas altas divide a ambas partes. Echenique aboga por gravar más a quien supere los 60.000 euros pero Montero se negaba a tocar este impuesto. El hecho de que el PSOE propusiera lo mismo a partir de 120.000 euros da margen al diálogo.

Esta era ayer la piedra angular de la negociación, que arrancó a las 20:30 horas y no había concluido al cierre de esta edición. De hecho, aunque a priori el mayor punto de confrontación era que Podemos reclama para 2019 un déficit superior al 1,8% que el Gobierno ha pactado con Bruselas (frente al 1,3% del Ejecutivo anterior), fuentes del partido se mostraban flexibles. Si la UE no da más tregua, sugieren en la formación, sería aceptable que el gasto social se eleve sumando el alza del IRPF a la artillería tributaria. El PSOE pidió responsabilidad recordando que si no hay pacto, se volverá al 1,3%.

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