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El déficit comercial en España se dispara un 31,5% y regresa a niveles de 2012

El alza del barril de petróleo dispara las importaciones, que suben un 5% Las ventas de bienes de equipo se enfrían y las de alimentación caen un 0,7%

Balanza comercial en España

Los exportadores españoles afrontan una coyuntura compleja. Los datos hechos públicos esta mañana por la Secretaría de Estado de Comercio muestran como el déficit comercial, que mide la diferencia negativa entre exportaciones e importaciones, se ha disparado un 31,5% en el primer semestre y se ha situado en 14.585 millones de euros, lo que supone el nivel más elevado para ese período desde 2012.

Al deterioro de la balanza comercial han contribuido por un lado la debilidad de las exportaciones, que tan solo han crecido un 2,9% anual en el primer semestre, y la fortaleza de las importaciones, que suben casi el doble que las exportaciones (un 5%). Y en esta última subida ha tenido un peso determinante las compras al exterior de productos energéticos, que se han incrementado un 9,1%. España es un país importador de energía, ya que apenas produce el 0,2% de lo que consume, y debe comprar a otros países el gas y el crudo que consume. En un ciclo de precios altos, como el actual (el barril de Brent, de referencia en Europa, lleva cuatro meses por encima de 70 dólares y el precio se ha incrementado un 45% en los últimos doce meses), la factura que debe asumir por esa compra se dispara. En concreto, las importaciones por compra de crudo han sumado casi 17.700 millones de euros, lo que supone que las empresas han tenido que gastar 2.375 millones más en adquirir esa materia prima.

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En paralelo, las exportaciones se han ralentizado y tan solo han avanzado un 2,9%, lastradas por el estancamiento de dos de los sectores más exportadores (alimentación y bienes de equipo), que suman más de un tercio de las ventas al exterior. Las exportaciones de alimentos, bebidas y tabacos han retrocedido un 0,7%, como consecuencia del descenso en aceites y grasas, productos cárnicos y frutas, hortalizas y legumbres, mientras que las ventas al exterior de bienes de equipo solo avanzan un 0,4%.

La suma de ambos factores (debilidad de las exportaciones y crecimiento de las importaciones) es la que provoca ese aumento del déficit comercial. Ese desfase podría seguir creciendo en julio, toda vez que ese mes es el primero en el que entrarán en vigor los aranceles aplicados por Donald Trump a las ventas de acero y aluminio de España a EE UU.

Pero quizá el dato más preocupante es que la ralentización de las exportaciones en España es más evidente que en el resto de socios comerciales de la zona euro, lo que muestra que el impacto de la desceleración ha sido mayor entre las empresas españolas. Frente a la subida anual del 2% registrada en España, las exportaciones crecieron en el primer semestre un 3,1% en Francia, un 3,7% en Italia y un 4% en Alemania.  Del mismo modo, frente al incremento de las importaciones de bienes del 5% registrado en España, ligado al encarecimiento del barril de petróleo, ese avance ha sido mucho más moderado en Francia (2%), en Italia (4,1%) y en Alemania (4,8%).

Reivindicaciones del Club de Exportadores e Inversores

Competitividad. “La ralentización del crecimiento de las exportacionesno se debe únicamente a las tensiones comerciales internacionales”. Con esta frase, Antonio Bonet, presidente del Club de Exportadores e Inversores, cuya facturación equivale al 25% del PIB de España, remarcaba la necesidad de poner en marcha medidas de carácter estructural para impulsar la competividad internacional de nuestras empresas.

Tamaño medio. En su opinión, las exportaciones seguirán siendo motor de crecimiento y de empleo si se adoptan actuaciones como aumentar el tamaño medio de las pymes o adaptar los instrumentos públicos de apoyo a la internacionalización.

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