ADL Bionatur, la empresa que resucita del pelotazo de Conde y Abelló
El histórico laboratorio Antibióticos resurge con Black Toro como nuevo dueño y tras fusionarse con Bionaturis Desarrolla fármacos, biocombustibles y otros productos por fermentación con la vista puesta en EE UU y Asia
Corría el año 1987 y España vivía una de las grandes operaciones empresariales de la llamada beautiful people, en el país donde más rápido se podía enriquecer alguien, en palabras del entonces ministro Carlos Solchaga. Los socios Juan Abelló y Mario Conde vendían el histórico Antibióticos SA a la italiana Montedison por 58.200 millones de pesetas (350 millones de euros). El pelotazo les sirvió a ambos para abordar Banesto, con la más que conocida historia de Conde acabando entre rejas, mientras el laboratorio languidecía hasta su desaparición.
Tres décadas después, el espíritu de la antigua compañía Antibióticos renace ahora bajo la nueva denominación ADL Bionatur, cotizada desde mayo en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), con la intención de crecer, saltar al mercado continuo y expandirse en EE UU y Asia. Su mayor accionista actualmente es el fondo de capital riesgo español Black Toro Capital. Igual que entonces, la base son los productos basados en la fermentación, como los antibióticos, pero también otros nuevos como biocombustibles, polímeros, vitaminas y vacunas.
El histórico Antibióticos nació en 1949, poco más de 20 años después del descubrimiento de la penicilina por Alexander Fleming. Fue creado como una alianza entre los laboratorios Abelló, Leti, Zeltia, Instituto Llorente y la Unión Químico Farmacéutica y dio como resultado uno de los mayores éxitos de la industria farmacéutica española, ayudando a extender el uso de estos fármacos.
Con los beneficios de la venta de Abelló a la multinacional estadounidense Merck Sharp & Dohme (MSD) en 1983, Juan Abelló y el entonces joven directivo Mario Conde decidieron invertir y tomar el control de Antibióticos en 1984, para protagonizar la mayor transacción de la época tan solo tres años después.
Tras el traspaso a Montedison, la firma comenzó a languidecer. “A partir de los años noventa el mercado cambia radicalmente con la entrada de la producción china. Para competir con los chinos se perdía dinero”, explica Pilar de la Huerta, consejera delegada de la nueva ADL Bionatur y veterana directiva de la industria farmacéutica.
La compañía fue cambiando de manos hasta su concurso de acreedores y cierre. Pero en 2014, Black Toro Capital compra los activos que quedaban, fundamentalmente la fábrica situada en León, resucitando la producción bajo la nueva empresa Antibióticos de León (ADL). En mayo de 2018 concluía la segunda operación de la nueva etapa, ya que ADL absorbió Bionaturis, joven compañía innovadora jerezana, dedicada a las vacunas y medicamentos de salud animal, cotizada en el MAB, quedándose la gestora de capital riesgo como accionista mayoritario. Nació entonces la actual ADL Bionatur.
La nueva vida de ADL llega para satisfacer la creciente demanda de los procesos de fermentación en diferentes usos de la industria, ya no solo en el ámbito de la salud como en el pasado. “Gracias a la manipulación genética de las bacterias y a través de la fermentación, se puede llegar a muy variadas sustancias”, explica Huerta. La fermentación es más barata y rápida que la síntesis química o que el aislamiento de fuentes naturales. Por ejemplo, se puede producir seda (en vez de usar gusanos), o bioplásticos, polímeros y vitaminas. “Hay un boom en nuevos procesos de fermentación en el mundo”, aclara.
Desde la empresa se explica que actualmente existe una carencia de instalaciones industriales de este tipo al servicio de terceros, tanto en EE UU como en Europa, además de una falta de conocimiento para llevar la investigación en un laboratorio a la producción a gran escala.
Según la propia compañía, el mercado global de la fermentación pasará de los 28.000 millones de euros en facturación en 2013, con un enorme peso de los antibióticos, a los 40.000 millones en 2020, donde crecerá sobre todo el segmento de los bioplásticos y el bioetanol.
La empresa tiene todavía cifras muy humildes. Ingresó el pasado año 13 millones de euros y para este año sus responsables esperan doblar esa cifra, acercándose a los 30 millones. Además, prevén obtener beneficios a partir de 2019. La resucitada actividad proviene en gran parte de la producción para terceros, de la que depende más del 70% de la facturación, además de nuevos antibióticos (como los inyectables, con un mayor margen que los muy baratos orales tradicionales), y los productos de salud animal procedentes de Bionaturis.
“La fusión con Bionaturis ha sido de dos compañías muy complementarias. Ellos tenían capacidad de I+D y les faltaba capacidad industrial y a nosotros justo lo contrario”, reconoce Huerta.
ADL también gana con la operación una oficina comercial en EE UU, en Boston, que será la base para el crecimiento en ese país, donde se encuentra la mayor parte del negocio del mundo de la biotecnología, además de la intención de buscar clientes en Corea y Japón. Esta directiva reconoce que el salto en la actividad todavía puede ser muy grande, ya que con sus actuales contratos de producción, la planta de León está al 40% de su capacidad.
Entre sus primeros grandes clientes se encuentran la biotecnológica alemana Jennewein, para la que produce flucosil-lactosa, ingrediente habitual de las leches maternas, y la californiana Amyris, para la que fabrica farneseno, un compuesto necesario en biocombustibles y lubricantes.
Otro de los ejes de crecimiento de futuro será aprovechar la capacidad de I+D de la antigua Bionaturis para dar el salto de los productos veterinarios al desarrollo de soluciones para salud humana como probióticos.
Objetivo: cotizar en el mercado continuo
La leonesa ADL Bionatur cerró a finales de julio una ampliación de capital de 12 millones de euros, tras la cual el 73,23% de la sociedad pertenece a Black Toro Capital, el 5,08% a Víctor Infante (fundador de Bionaturis) y alrededor del 10% ya es free float. El objetivo de la firma de capital riesgo es llevar a la compañía al mercado continuo desde el MAB.
Llevar al continuo a la empresa significará ganar una liquidez que en el MAB no existe, tanto para operaciones como ventas de participaciones del capital. Como cualquier firma de capital riesgo, la gestora española, que cuenta con Ramón Betolaza como managing partner, tiene la intención de salir de la empresa en un plazo de entre cinco y siete años, con la venta de participaciones en Bolsa.
Además de ADL, Black Toro cuenta con otras inversiones como las zapaterías Marypaz, la aeroespacial Carbures, los helados de La Menorquina y Farggi y los fabricante de motos Torrot y GasGas.
Black Toro ha invertido entre 40 y 45 millones de euros desde 2014 en la compra de ADL y en su posterior puesta en funcionamiento.
“Estamos muy orgullosos de haber podido culminar con éxito los diferentes hitos previstos en los primeros meses de 2018 en un tiempo récord. En siete meses hemos realizado una adquisición inversa de forma exitosa, hemos firmado dos contratos por importe de 160 millones de euros y hemos levantado fondos por 12 millones de euros para continuar con nuestro programa de inversiones y modernización”, apunta Pilar de la Huerta, consejera delegada de ADL Bionatur.
“Para nosotros es un orgullo contar con la confianza de tantos fondos e inversores de relevancia en nuestro proyecto. Esto respalda nuestra confianza en la estrategia y el crecimiento futuro de la nueva compañía”, añade esta directiva con experiencia previa en Zeltia (actual PharmaMar), Genetrix y la alemana Sygnis.
La compañía destinará los fondos captados en la ampliación a la modernización y puesta a punto de la planta de León con el objetivo de poner en marcha el plan estratégico de producción.
Las cifras
Plantilla. Dispone de 290 empleados, de los que 240 trabajan en la planta de León. Más del 50% se desempeñan en trabajos de I+D e ingeniería.
Fabricación. La nueva empresa cuenta con la planta de producción en la ciudad de León, con 2.400 metros cúbicos de capacidad de fermentación, así como con una planta piloto e instalaciones de I+D en Jerez y San Sebastián. En total, suman más de 150.000 m2 en instalaciones de producción.
Negocio. ADL prevé facturar un 100% más este año, lo que supondrá acercarse a los 30 millones de euros en ventas. Para este año esperan dejar las pérdidas atrás (alcanzar el break-even) y a partir de 2019 obtener el primer beneficio neto de su nueva etapa.