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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Las turbulencias llaman a valores defensivos y a aumentar la cautela

Destacan las compañías con elevados dividendos, las acciones domésticas y europeas para evitar el riesgo divisa, los bancos y las grandes tecnológicas de EE UU

Avanzado ya agosto, el mes de las vacaciones por excelencia se está ratificando este año como el de las tormentas. El escenario previo al verano no era muy tranquilizador, con la fuerte tensión en la relaciones comerciales entre China y EE UU propiciada por Donald Trump en forma de aranceles proteccionistas sobrevolando de manera pendular el mercado, como un riesgo serio para los inversores, conocedores de que en estos conflictos todas las partes salen perjudicadas. A la espera de ver cómo se sustancia el próximo movimiento del péndulo, con el encuentro en Washington a finales de mes para abordar esa tensa relación comercial entre ambas potencias, los inversores mantienen su inquietud ante un conflicto capaz de frenar peligrosamente el crecimiento económico global.

El nuevo frente abierto en agosto, la crisis de la lira turca, ha puesto sobre la mesa las debilidades de algunas economías emergentes, muy dependientes del dólar, que salen a la luz a la par que suben los tipos de interés en EE UU. La lira turca ha estallado ante la presión que el alza del dólar está inyectando a los emergentes y presa de sus propias debilidades internas. Y el detonante llegó también de EE UU en forma de aranceles, aunque la espoleta no debe ocultar los problemas internos de la economía turca, su alto déficit exterior, inflación disparada y un banco central con la independencia secuestrada por la fuerte influencia política.

El mar de fondo, sin embargo, no es de agosto. La retirada de liquidez por los bancos centrales es la sombra más acuciante para todos los mercados en la actualidad. Turquía y Argentina, que ha terminado por pedir un rescate al FMI, son ahora los ejemplos más claros del impacto de la nueva era de alza de tipos que se avecina.

Ante este momento de turbulencias, ¿qué debe hacer el inversor, sabedor de que buena parte de los índices europeos, entre ellos el Ibex, transitan por mínimos anuales y por tanto quienes hayan comprado en febrero tras la corrección ven su inversión hoy en punto muerto?

Lo cierto es que la crisis turca y los nuevos episodios de tensión comercial se han encontrado a unos inversores mucho más cautelosos que a principios de año y, aunque mantengan su predilección por la Bolsa, los objetivos de los expertos se orientan acertadamente hacia los valores más defensivos. Las compañías con elevados dividendos, acciones domésticas y europeas para evitar el riesgo divisa, bancos y grandes tecnológicas de EE UU y, para los más atrevidos, valores que se pondrán a buen precio precisamente por la guerra comercial serán buenos mimbres para la cartera con la que preparar el inicio del nuevo curso.

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