Las infraestructuras italianas se preparan para un cambio
El colapso del puente de Génova dará forma a la inversión pública en el sector
La mortífera catástrofe del puente de Génova dará forma a la infraestructura del país para bien o para mal. Las acciones de Atlantia han llegado a caer un 30% desde el derrumbe del viaducto, el martes. La tragedia refuerza los argumentos a favor de una mayor inversión. Pero los costes dependerán del tratamiento que de el Gobierno al grupo controlado por la familia Benetton.
La empresa, que explota unos 3.000 kilómetros de autopistas italianas, se enfrenta con razón a interrogantes sobre su papel en el colapso, en el que murieron al menos 38 personas. Aunque la causa del desastre no está clara, el Ejecutivo, coalición de los radicales Movimiento 5 Estrellas y Liga, dice que está valorando una serie de sanciones.
Imponer una multa o revocar el contrato en el tramo de autopista afectado sería manejable: supone menos del 1% de su red. Incluso si se le despoja de la concesión, el Gobierno le deberá un canon de unos 20 millones. RBC calcula que la reconstrucción del puente y los daños podría alcanzar los 1.000 millones.
El Gobierno también podría exigir a Atlantia que invierta más en su red o que reduzca los peajes que cobra. En el peor de los casos, podría despojar a Atlantia de todas sus concesiones de autopistas italianas, un negocio que aportó más de la mitad del ebitda de la compañía el año pasado. No ayuda el hecho de que los ingresos de Atlantia hayan crecido en torno a un 3% al año desde 2006, mientras que los gastos de capital –que se fijan por contrato– se han mantenido prácticamente estables. Ese riesgo explica por qué los inversores de Atlantia han laminado unos 5.000 millones del valor de mercado de la empresa desde el desastre. La deuda neta, que los analistas de Santander estiman en 5 veces el ebitda del próximo año, se suma a la volatilidad.
Lo que es malo para Atlantia puede ser bueno para el Gobierno, que quiere aumentar la inversión y fortalecer el control del Estado. A Italia le vendría bien un impulso: la inversión pública está más de una quinta parte por debajo de la media de la zona euro, en el 2% del PIB.
Pero si el Gobierno trata a Atlantia con demasiada severidad, el erario sufrirá. El diferencial de los bonos italianos a 10 años se ha ampliado en 10 puntos básicos desde el colapso. Un enfoque demasiado duro puede hacer que los estímulos sean mucho más costosos.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías.