La primera número dos del Banco de España
Margarita Delgado, nueva subgobernadora, amplía la cuota de mujeres en altos cargos
En el Banco de España trabajan más de 3.000 personas, de las cuales aproximadamente la mitad son mujeres, según la última memoria anual publicada por la entidad. Una paridad que se ha visto reflejada en el último nombramiento anunciado por el supervisor financiero español.
Margarita Delgado (Madrid, 1963) es, desde el 31 de julio, la primera subgobernadora de la entidad. Junto a Pablo Hernández de Cos, que apenas lleva dos meses ejerciendo como gobernador, tiene la tarea de hacer olvidar definitivamente los años de la crisis y liderar la gestión del organismo de control financiero en España en una nueva etapa marcada por el crecimiento de la economía. Ocupaba ahora la Dirección General Adjunta del Mecanismo de Supervisión de la UE.
Delgado es una persona discreta. De su vida personal solo ha trascendido que está casada y tiene hijos. En cuanto a su formación, se licenció en Económicas y Empresariales. Tiene una dilatada experiencia en el organismo. Entró a formar parte del Banco de España en 1988, primero como técnica, hasta que tres años más tarde aprobó la oposición de la entidad para desempeñar las funciones de inspectora de entidades de crédito. Es en ese momento, 1991, cuando comienza un periplo en el que fue ascendiendo progresivamente, subiendo peldaños y rompiendo el techo de cristal antes incluso de que este concepto se incorporase al lenguaje cotidiano.
De inspectora pasó a ser coordinadora de equipos, hasta que en 2008 ingresó en la Dirección General de Supervisión como jefa de grupo. Precisamente, fuentes conocedoras de su forma de trabajar señalan su gran capacidad para gestionar equipos y de “bajar al terreno” para conocer el desempeño de los empleados a su cargo.
En 2013 se convirtió en la directora del departamento de Inspección I, responsable del control de las cajas de ahorro. Este sector ha sido uno de los que más ha aplaudido la vuelta de Delgado al Banco de España tras su estancia en Europa. A pesar de su corto periodo en Inspección I –solo estuvo un año en el cargo– bajo su gerencia entró en vigor la ley 26/2013, que culminaba el proceso de reestructuración de las cajas iniciado tres años antes y que tenía como principal objetivo minimizar los efectos de la crisis financiera en las entidades de préstamo.
En el nombramiento de Delgado hay un factor clave: la carrera por la sucesión de Luis María Linde, anterior gobernador del Banco de España. Su mandato acabó a finales de mayo, y propició que el anterior subgobernador, Javier Alonso, que podía ostentar el cargo hasta 2022, decidiera salir también de la entidad. Después de un baile de nombres para relevar a Linde, entre los que sonó también el de Delgado como posible gobernadora, Pablo Hernández de Cos fue designado como número uno de la entidad.
Fuentes del sector señalan que existe una buena sintonía entre ambos, así como con la ministra de Economía, Nadia Calviño, a pesar de que dichas fuentes afirman que no tiene afiliación política. Otro punto en común con Hernández de Cos. Así mismo, destacan de Delgado que es una gran conocedora de la agenda regulatoria y que, de todos los posibles candidatos, era la preferida en las quinielas. Su buena fama no se reduce al ámbito nacional. También en Europa goza de un respeto merecidamente trabajado en sus cuatro años como directora general adjunta del Mecanismo Único de Supervisión de la UE (2014-18).
Delgado dirigía uno de los seis departamentos de este organismo, creado en 2014. Concretamente, la unidad de Supervisión Microprudencial I, que se encarga del control de las principales entidades crediticias europeas. Unas funciones esencialmente parecidas a las que desempeñó en los últimos años de su primera etapa en el Banco de España.
En la nueva, se abre un abanico de objetivos que Delgado tendrá que abordar como número dos. Una de las tareas principales es la liquidación de los lastres de la crisis financiera, que aún siguen generando problemas aunque se haya producido una reducción de las carteras con activos tóxicos de la banca en el último año. Delgado también asume la presidencia del Fondo de Garantía de Depósitos con la misión de librarse de la carga que suponen los créditos adjudicados de Banco Sabadell y BBVA para que no computen como déficit público y poder integrar así al fondo en Europa. Además, tendrá que actuar de intermediaria en la relación entre Gobierno y banca, deteriorada en los últimos meses.
La llegada de Delgado tiene varias lecturas positivas. Por un lado, su granjeado respeto en Europa será un pilar para un Ejecutivo que apuesta por tener más presencia en el bloque comunitario. También su amplia experiencia en el supervisor español juega a su favor. Y por otro lado, su nombramiento aumenta la cuota de mujeres que ocupan puestos de responsabilidad en organismos económicos.