Montero apunta a un pequeño ajuste fiscal si el PP rechaza la senda de déficit
La ministra de Hacienda insiste en que el Gobierno presentará en tiempo el proyecto de 2019 y descarta un adelanto electoral El Congreso debatirá este viernes los nuevos objetivos de déficit
La negativa del PP a apoyar la nueva senda de déficit anunciada por el Gobierno promete impactar en los Presupuestos del próximo año. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, reconoció hoy que si las Cortes rechazan el nuevo objetivo de déficit, que debe obtener el visto bueno parlamentario para su implementación, las cuentas de 2019 tendrán que incluir un pequeño “ajuste” de los ingresos tributarios.
“Para que la recuperación llegue a las familias”, indicó Montero en declaraciones a Efe, son necesarios mayores recursos y “si eso no se hace por la vía de la mayor capacidad que nos concede Bruselas, los ingresos hay que buscarlos de otra manera”. Si la nueva senda de déficit fuera rechazada en las Cortes, se volvería a la meta de déficit anterior, mucho más restrictivo. Así, la nueva senda fija los objetivos de déficit para el conjunto de las administraciones en el 1,8% del PIB en 2019, el 1,1% en 2020 y en el 0,4% en 2021, cuando la anterior era del 1,3%, el 0,5% y superávit, respectivamente.
De entrada, de no lograr luz verde para las nuevas metas de déficit, lo que obligaría a recuperar los objetivos del anterior Gobierno del PP, el impacto en la Administración central sería de unos 1.000 millones, el equivalente a una décima del PIB. Pero el roto sería mucho mayor para las comunidades autónomas, a las que el Gobierno tiene previsto conceder un margen de gasto de 2.500 millones de euros el próximo año, al haber suavizado las exigencias de déficit. Del incremento de cinco décimas del déficit esperado para 2019, desde el 1,3% al 1,8%, lo previsto por el Gobierno es que dos décimas serán absorbidas por las comunidades autónomas. Otras dos décimas se destinarían al sistema de Seguridad Social, que podría contar con otros 2.500 millones de euros para hacer frente al creciente desequilibrio de las cuentas de las pensiones.
En la negativa del PP a la nueva senda de déficit fiscal subyace su oposición a la subida de impuestos que previsibiblemente requerirá la relajación de las exigencias respecto a los objetivos anteriores. Pero sin el apoyo explícito del Partido Popular en el Senado, o al menos una abstención, el Gobierno no podría modificar los objetivos de déficit que ha comunicado a Bruselas para los años 2019, 2020 y 2021, y que servirán de guía para elaborar los Presupuestos del año próximo y siguientes.
El Ejecutivo prevé presentar el proyecto presupuestario de 2019 a tiempo para que entre en el Congreso en los tiempos que marca la Constitución, lo que implicaría tenerlo listo en septiembre, con el objetivo de "discutir unas cuentas que benefician a los ciudadanos para que la recuperación económica llegue a las familias".
Estos presupuestos incluirán "gran parte" de las propuestas del PSOE en su etapa en la oposición, así como las iniciativas planteadas por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso durante la presentación de su programa.