La posibilidad de unas elecciones arrastra al Ibex a su peor sesión desde marzo
El selectivo cae un 1,7% tras la presentación de la moción de censura El diferencial con el bono alemán sube 12 puntos básicos hasta los 103
Los inversores dejan a un lado las tensiones políticas internacionales y dirigen la mirada al panorama político nacional. Con el desafío independentista catalán superado, o al menos bajo un control relativo, surge ahora un nuevo foco de inestabilidad: la moción de censura que se cierne sobre el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Si bien la medida presentada por el PSOE tuvo un impacto nulo en la Bolsa, la petición de Ciudanos de un adelanto de las elecciones fue suficiente para que el Ibex 35 se diera la vuelta.
En cuestión de minutos el selectivo pasó de ganar un 0,3% a ceder más de un 1%, unas pérdidas que fueron ampliándose a medida que pasaban las horas. A las 14.00 horas del viernes, coincidiendo con la comparecencia del presidente del Gobierno, el selectivo caía más de un 2% pero al cierre moderó las pérdidas y concluyó con una bajada del 1,7%, las mayores desde el pasado marzo. La Bolsa española movió 2.592 millones, un 16% menos que la media diaria de mayo.
Los descensos del viernes sumados el comportamiento dubitativo mantenido los cuatro días anteriores llevan al selectivo a caer un 2,82% en la semana. El Ibex 35, que hasta el momento luchaba por mantener a flote los 10.000 puntos se sitúa ahora a los 9.800, mínimos del mediados de abril.
El rojo se impuso con intensidad en el conjunto de las cotizadas españolas, pero por encima de todas destacaron los bancos, muy sensible al ruido político y al incremento de la prima de riesgo. CaixaBank cedió un 3,77%; Santander, un 2,65%; BBVA, un 2,79%; Bankia, un 2,36%; Bankinter, un 2,56% y Sabadell, un 1,82%. Junto a la banca el otro sector más castigado fue el de las utilities, penalizado por el alza de las rentabilidades en el mercado de deuda. Gas Natural cedió un 3,29%, Red Eléctrica, un 2,48% mientras Enagás y Endesa retrocedieron un 3,08% y un 2,79%, respectivamente. Solo IAG (2,23%), Amadeus (0,87%), Meliá (0,17%) e Inditex (0%) escaparon a las ventas.
La posibilidad de que Rajoy no concluya su legislatura, a pesar de que ha descartado una convocatoria de las elecciones, también tuvo su efecto en el mercado secundario de deuda. La rentabilidad del bono español a diez años pasó del 1,39% al 1,46%, un ascenso que se mantiene en línea con los registrados en las dos últimas semanas como consecuencia del efecto contagio de Italia. A pesar de estas subidas, el bono español continúa disfrutando de ganancias en el año gracias a la mejora de la nota a España por parte de las tres agencias de calificación.
Más llamativo fue el ascenso experimentado por la prima de riesgo que se sitúa por encima de los 100 puntos básicos. En concreto, el viernes subió 13 puntos hasta los 104, niveles de comienzos de año. Los incrementos registrados en el 10 años se replicaron en la deuda a dos años (pasó del 0,3% al 0,43%) y los títulos a cinco (cerró en el -0,07% frente al -0,24% del jueves). “No descartamos que se intensifique la presión en el corto plazo, especialmente en el mercado de renta fija, donde la notable iliquidez podría exacerbar los movimientos”, señalan desde Renta 4.
Además de la española, la otra Bolsa que no termina de levantar cabeza es la italiana, acosada por los problemas políticos del país. Aunque la Liga y el Movimiento 5 Estrellas han logrado llegar a un acuerdo para la formación de Gobierno, los inversore aguardan con recelo las propuestas del Ejecutivo. Descartada la salida del euro, el temor está ahora en el incremento del gasto público y la revocación de las reformas emprendidas. Esto es visto con recelo por parte de los inversores, especialmente para una economía en la que la deuda alcanza el 130% del PIB. Las intenciones de la Liga de que el euroescéptico Paolo Savona se convierte en ministro de Economía no contribuyen a apaciguar los ánimos. El viernes el MIB cerró con una caída del 1,54%.
El resto de Bolsas europeas mantuvieron un comportamiento más moderado. Los inversores ya no se asustan como antes por las noticias que llegan desde EE UU. El mercado empieza a acostumbrarse a los constantes cambios de opinión de Donald Trump. Esta semana la suspensión de la cumbre con Corea del Norte y la posibilidad de imponer aranceles a las importaciones de vehículos y piezas de automóviles fueron los eventos a sortear. Los índices europeos, que el viernes registraban ascensos de manera generalizada, terminaron por darse la vuelta coincidiendo con la apertura de Wall Street. El Cac francés retrocedió un 0,11% y el Euro Stoxx, un 0,18%. El Dax alemán y el FTSE británico se libraron de las caídas. La Bolsa alemana se anotó un 0,65%, apoyado por el índice de confianza empresarial (Ifo) que en mayo puso freno a cinco meses consecutivos de caídas, mientras el índice británico subió un 0,18%.
La tregua dada el miércoles a la subida dólar por las actas de la Reserva Federal, cayeron el viernes en saco roto. A pesar de que el banco central de EE UU volvió a descartar una aceleración de las subidas de tipos, la incertidumbre política en el sur de Europa terminó pesando más. El euro retoma las caídas y al cierre de las Bolsas europeas se cambia a 1,166 billetes verdes, nivel que le lleva a revalidar los mínimos anuales. Desde Macroyield fija como nuevo soporte para la moneda única los 1,15 dólares.
“A la desaceleración del crecimiento registrada en el primer trimestre y la disminución en las perspectivas en las encuestas adelantadas de la zona euro, se suma la inestabilidad política en la periferia, algo que está pasando factura a la fortaleza del euro”, advierten desde Monex.
El petróleo se aleja de los máximos de 2014
El barril de Brent cedió el viernes más de un 2% y se sitúa en los 76 dólares por la posibilidad de que los países miembros de la OPEP y Rusia decidan incrementar la producción de petróleo en la próxima reunión de junio, prevista para los días 22 y 23 en Viena.
Representantes de Arabia Saudí y Rusia se dieron cita el viernes para analizar el cumplimiento del recorte de producción de crudo pactado por los países miembros de la OPEP, más otros externos como Rusia, en noviembre de 2016 para acomodar la oferta a la demanda e impulsar así los precios. En la reunión, según Reuters, se habría estudiado la posibilidad de incrementar la producción en un millón de barriles al día después de las críticas recibidas por parte del presidente de EE UU, Donald Trump, de estar manipulando artificialmente los precios.
La inestabilidad en Irán ante las nuevas sanciones comerciales de Estados Unidos y el desabastecimiento de Venezuela llevaron al Brent por encima de los 80 dólares por primera vez desde octubre de 2014.