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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El inmobiliario crece como un campo fértil para invertir

Las promotoras han empezado a entrar en las carteras de los fondos, a pesar de que el mercado aún muestra ciertas reticencias a ese paso

Las carteras de fondos se han abierto al sector inmobiliario de manera inequívoca. Las sociedades de inversión inmobiliaria cotizadas, las socimis, han sido la primera señal de una recuperación del ladrillo como destino de inversión tras la durísima crisis que se llevó por delante a la gran mayoría de las empresas cotizadas ligadas al sector. A ellas ya se están uniendo las promotoras desde la segunda parte del pasado año, en un proceso en el que marca un hito el retorno de Metrovacesa al mercado bursátil, el pasado mes de febrero.

Este cambio de escenario, presidido por una saludable especialización, inédita antes de la crisis, y una mucho mayor profesionalización de los actores del negocio, ha abierto un amplio y seductor abanico de posibilidades a los inversores, en el que aún falta la figura de la gestora de activos inmobiliarios, tras la reciente marcha atrás en el debut bursátil de Azora por una fría acogida que se antoja coyuntural por sus circunstancias empresariales.

El hecho de que una de cada cinco casas se adquiera en la actualidad como inversión, y de que, de estas compras, no menos del 65% se destine a alquiler da idea de cómo la fórmula del arrendamiento, con tanto recorrido potencial en España por su retraso histórico, puede convertirse en estrella del nuevo sector inmobiliario, y una vacuna contra burbujas.

La inversión, concentrada inicialmente en las socimis, que se han beneficiado del impulso del mercado del alquiler llegado de la mano de la recuperación y del aumento del empleo, se está desplazando de forma paulatina hacia las promotoras, con el crecimiento de la economía como argumento de peso. La actividad crece con fuerza, vuelve a haber una amplia oferta hipotecaria y eso lleva a que los particulares retomen su decisión de adquirir vivienda, animados por la mejora del mercado laboral y los bajos tipos de interés.

De este modo, las promotoras han empezado a entrar en las carteras de los fondos, a pesar de que el mercado aún muestra ciertas reticencias a ese paso. No obstante, el modelo de gestión profesional, una deuda reducida y una cartera de suelo comprada a buen precio durante la crisis son incentivos a su favor. La previsión de una demanda sostenida durante los próximos años, con velocidad de crucero de entregas de nuevas casas a partir de 2020, es otro aliciente para el inversor, que además puede encontrar ahora en el escaparate una panoplia de productos además de la vivienda.

Ante las mejoras en el sector, los inversores también van a ser más exigentes en las próximas salidas bursátiles, pero los expertos añaden a la creciente demanda del mercado el atractivo de previsibles fusiones empresariales en un sector que aún permanece en España enormemente atomizado.

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