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Analistas y gestores ven un impacto mínimo en la Bolsa por la crisis en Argentina

La renta variable europea se sobrepone al anuncio de Mauricio Macri Los expertos consideran que el rescate del FMI frenará la fuga de capitales en el país

Christine Lagarde, directora gerente del FMI, y Mauricio Macri, presidente de Argentina.
Christine Lagarde, directora gerente del FMI, y Mauricio Macri, presidente de Argentina. Reuters

El presidente de Argentina, Mauricio Macri, anunció el martes que el país negocia un préstamo con el FMI para apaciguar su situación financiera. El peso, la moneda nacional, se desploma un 30% en los últimos 12 meses frente al dólar, hasta las 22,5 unidades por billete verde.

El hundimiento de la divisa es un síntoma de la fuga de capitales que sufre Argentina y que además puede acelerar la enfermedad. No en vano, el endeudamiento del país en la divisa estadounidense provoca que el capital que debe devolver se multiplique.

La deuda del país está emitida en dólares en su inmensa mayoría; el 55% del total, que suma unos 350.000 millones de dólares, según Reuters. Una pequeña parte está denominada en moneda local y son casi exclusivamente emisiones a corto plazo. Con todo, su ratio de endeudamiento sobre el Producto Interior Bruto (PIB) está en el entorno del 70%, claramente por debajo del 98,3% con el que cerró España el año pasado.

Sin embargo, los mensajes de calma siguen llegando desde el Gobierno. El objetivo es seguir con las reformas graduales que lleva adelante desde que llegó Mauricio Macri a la presidencia en diciembre de 2015. "Cambiar la fuente de financiación para poder seguir con todos estos cambios de una manera gradual y de esa manera que pueda haber crecimiento, generación de empleo, en un contexto de baja del déficit y disminución de la pobreza", explicó el ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, a la agencia estatal Télam, recoge Efe. 

También el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, insistió en que "es el momento para usar de manera preventiva" esas líneas de crédito del FMI "para que el crecimiento, el empleo y la reducción de la pobreza puedan sostenerse en el tiempo".

El índice Merval, la referencia de la Bolsa argentina, se hundió ayer un 4,49%, aunque hoy ha arrancado con una subida del 3% y el peso se mantiene estable en los 22,6 dólares. Los ánimos de los inversores comienzan a aplacarse, después de que no lo hayan hecho pese las reiteradas subidas de tipos del Banco Central hasta el 40% con el objetivo de blindar la divisa argentina ni las intervenciones en el mercado. Se ha gastado unos 7.000 millones de dólares de sus reservas de divisas en un esfuerzo, sin éxito, por respaldar al peso, como explica Lombard Odier en un informe del pasado 8 de mayo.

Desde uno de los periódicos económicos argentinos, Ámbito Financiero, explican que la subida de la Bolsa no solo tiene que ver con un apaciguamiento de los ánimos sino con una reforma aprobada el miércoles que elimina el poder de veto de la Comisión Nacional de Valores (CNV), equivalente en España a la CNMV, a la facultad de designar observadores con poder de veto en las decisiones de los directorios de las empresas. Es decir, de los consejos de administración, con la nomenclatura española. 

En el Viejo Continente, las Bolsas han reaccionado con absoluta tranquilidad. El Ibex, pese a que casi la mitad de sus valores están presentes en el país, ha cerrado con un alza del 0,52%. Ni siquiera los índices del resto de países latinoamericanos se han resentido de manera intensa. El IPC mexicano cerró ayer con un alza del 0,53% y el Bovespa brasileño sumó un 0,29%.

La situación es delicada, pero los alrededor de 30.000 millones de dólares que el presidente del país se dispone a solicitar al organismo multilateral pueden servir para, si no suturar la herida, al menos taponar la hemorragia. “La ayuda del FMI, de concretarse, puede frenar la sangría de capitales y mejorar gradualmente las perspectivas”, señalan en Macroyield.

Desde Fidelity indican que la volatilidad en los mercados argentinos no es inusual y que “los observadores experimentados de los mercados estarán familiarizados con los episodios de pánico de los inversionistas y la depreciación de la moneda durante los ciclos anteriores”. Argentina ha estado más de medio siglo bajo la tutela del FMI.

El primer crédito data de 1957 y, en cada crisis que ha sacudido al país desde entonces, el Fondo ha acompañado a los sucesivos gobiernos. Argentina recurrió por última vez al FMI hace 15 años, en 2003, cuando le inyectó unos 11.000 millones de dólares que el país devolvió de una sola tacada en enero de 2006.

En Julius Baer destacan que el país tiene cubiertas entre el 80% y el 85% de sus necesidades de financiamiento para el presente ejericico, y que entre el 15% y el 20% restante se cubrirá con emisiones a corto plazo en pesos. “Por lo tanto, la solicitud de una línea de crédito no refleja un problema subyacente de liquidez, sino un movimiento del gobierno para calmar los temores de los inversores y reducir la creciente presión sobre la moneda”, añaden.

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