Un ‘Gran Hermano’ que luche con eficacia contra la elusión fiscal
Hacienda se considera capacitada para aplicar la tasa Google sobre las compañías tecnológicas
La imagen de una Agencia Tributaria con la suficiente información como para aspirar a convertirse en un Gran Hermano puede generar cierta inquietud en el contribuyente, pero sobre todo impone un plus de exigencia sobre el propio organismo. Si como señaló ayer Santiago Menéndez, director de la AEAT, Hacienda está abocada a convertirse en una suerte de gran ojo orwelliano, el resultado debe hacerse efectivo especialmente en la lucha contra el fraude, el gran caballo de batalla de las agencias tributarias, pero también en el de la deslocalización fiscal, un problema especialmente complejo en un entorno de economía digitalizada. Una de las respuestas que la AEAT propone al problema de la fiscalidad de las grandes multinacionales, además del control, es una mejor cooperación, en oposición a soluciones pactadas, como las que existen en Irlanda, que pretenden rebajar la factura fiscal de las grandes compañías y crear así una suerte de juridicción tax friendly dentro de Europa.
En ese marco de apuesta por la información exhaustiva y el mejor control de los contribuyentes, la Agencia Tributaria se considera capacitada para aplicar la tasa Google, el nuevo impuesto sobre las multinacionales tecnológicas con el que el Gobierno pretende recaudar este año 600 millones de euros y el próximo otros 1.500, y financiar así buena parte de la subida de las pensiones pactada con los nacionalistas vascos.
Más allá de las dudas que suscitan las propias cantidades a la hora de hacer frente al incremento de las prestaciones, existen muchos interrogantes sobre cómo podrá aplicarse con eficiencia este nuevo gravamen, más aún en una Europa en la que de momento solo existe una propuesta de directiva sobre el tema y donde la armonización de la fiscalidad de las empresas tecnológicas es todavía un proyecto. Como recordaba hace unos días Funcas, es necesario que Hacienda utilice todos sus recursos y su información para controlar el cumplimiento tributario de las empresas en general, así como en luchar conta el fraude, antes de confiar en la eficacia de una solución unilateral a un problema global –el de la fiscalidad de las compañías de internet– que debe contar con una solución europea y armonizada.