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El BCE marca la sucesión en BBVA al exigir separar los cargos ejecutivos y los representativos

Un fallo del Tribunal General de la UE sobre Crédit Agricole avala que se delimiten los puestos de presidente y "directivo efectivo" El veredicto toca de lleno al presidente del segundo mayor banco español

Francisco González, presidente de BBVA.
Francisco González, presidente de BBVA.Pablo Monge

El Banco Central Europeo ha logrado este martes el aval del Tribunal General de la UE para imponer a las entidades financieras la separación efectiva entre los puestos de presidente y consejero delegado. En una sentencia relacionada con el banco francés Crédit Agricole, los jueces comunitarios respaldan la decisión del BCE de impedir el nombramiento de una misma persona para puestos ejecutivos y no ejecutivos en la alta dirección de una entidad.

El veredicto tendrá importantes repercusiones en la lucha del BCE por imponer a las entidades bajo su supervisión un modelo de gobernanza más riguroso, eficaz y equilibrado. En España, entre los primeros bancos que podrían verse afectado figura el BBVA, cuyo presidente, Francisco González, asume también poderes ejecutivos (como ocurre en casi todos los bancos españoles, y por extensión europeos, caso de Ana Botín en Santander). Esto es debido a la previsible cercanía de su relevo. En otras entidades, no existen sucesiones inminentes en el calendario. 

González, que ocupa el cargo desde el año 1996, tiene previsto dejarlo en octubre de 2019 al cumplir 75 años. La carrera por su sucesión bulle desde hace meses pero, si el BCE aplica a rajatabla los criterios ratificados por el Tribunal europeo, el nuevo presidente del BBVA podría disponer de poderes mucho más limitados que González.

El veredicto tendrá importantes repercusiones en la lucha del BCE por imponer a las entidades bajo su supervisión un modelo de gobernanza más riguroso, eficaz y equilibrado, aunque en gran parte también dependerá de la trasposición nacional de la directiva europea que definen las funciones de estos cargos, y que en el caso de España está recogido en la Ley 10/2014, de 26 de junio, de ordenación, supervisión y solvencia de entidades de crédito.

El BCE impidió a cuatro filiales de Crédit Agricole nombrar a la misma persona para los puestos de presidente y "directivo efectivo" que las funciones ejecutivas y no ejecutivas deben estar claramente diferenciadas en el seno de la dirección del banco.

Crédit Agricole recurrió la decisión de supervisor europeo, pero el Tribunal, en primera instancia, ha estimado que el BCE interpretó correctamente la legislación comunitaria. Los jueces recuerdan que el objetivo de esa legislación es "la búsqueda de una supervisión eficaz de la alta dirección por parte de los miembros no ejecutivos (...) lo que implica un equlibrio de las facultades en el seno del órgano de administración".

Los jueces interpretan, al igual que el BCE, que la supervisión "quedaría menoscabada si el presidente del órgano de dirección en su función de presidente  (...) se encarga simultáneamente de la dirección efectiva de la entidad". La sentencia cree que ese solapamiento es inadmisible incluso cuando el presidente con poderes ejecutivos no asuma la función de consejero delegado, tal y como ocurre ahora mismo en el BBVA.

Crédit Agricole podría recurrir la sentencia de este martes en casación ante la última instancia del Tribunal europeo.

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