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Grifols, ante el reto de evitar la resaca bajista

Pese a las caídas desde principios de año, los analistas creen que la valoración de la compañía es aún elevada y se muestran cautos por su grado de endeudamiento en un contexto de subida de tipos

Radiografía de Grifols
Belén Trincado / Cinco Días

Después de un buen recorrido en Bolsa en 2017, cuando su cotización llegó a subir hasta un 40% y rozó los 27 euros por título, Grifols ha tenido un arranque de año complicado y no parece que el panorama esté todavía despejado. La empresa líder en producción de hemoderivados se deja ya un 6,2% desde principios de enero y varias firmas, como UBS, Berengerg o Morgan Stanley han recortado en las últimas semanas su precio objetivo. El consenso general de analistas recopilado por Reuters lo sitúa aún en 25,34 euros por acción, lo que le otorga un potencial de revalorización del 10,6%, y la recomendación mayoritaria es mantener. Pero el tono de los inversores hacia el valor está cambiando y los expertos consultados creen que la valoración de los títulos sigue siendo elevada, lo que hace probable nuevas caídas.

Las subidas que se anotó Grifols a principios de este año se vieron pronto lastradas por las correcciones en Bolsa durante la primer semana de febrero, cuando la farmacéutica se dejó más de un 8%, el valor que más perdió del Ibex35. Aunque recuperó parte de las caídas, menos de un mes después la compañía catalana llegó a ceder otro 5% en una sola sesión, tras la presentación de los resultados del cuarto trimestre, que decepcionaron mucho a los inversores. Las últimas adquisiciones de la empresa, son positivas para la mayoría de expertos, aunque preocupa su nivel de endeudamiento, lo que haría que más casas de análisis revisen a la baja el precio objetivo de su cotización.

Las cuentas del último trimestre, presentadas a finales de febrero, tuvieron una importante penalización en Bolsa, y es que según Bankinter, fueron unos resultados “muy flojos”, que incumplían ampliamente las previsiones. “No solo empeoró su crecimiento, con una caída en ventas del 2,7%, sino también sus márgenes a nivel de Ebitda, que descendieron un 13,5%”, señalaba el experto Ramón Carrasco.

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Desde Renta 4, Ana Gómez Fernández coincide en que no fueron unos buenos datos, pero matiza que “se justifican en parte por una comparativa muy exigente”, ya que durante el cuarto trimestre de 2016, Grifols alcanzó su segunda mayor facturación trimestral. A eso se le añade, además, el lastre que está sufriendo la compañía por la escalada del euro frente al dólar, ya que genera cerca del 70% de sus ingresos en Estados Unidos: “El impacto negativo de la divisa ha penalizado casi seis puntos porcentuales los ingresos del cuarto trimestre de 2017”, continúa Fernández. “Se podría decir que, a pesar de tener su sede en Barcelona, se trata más de una compañía americana que española”, amplía Felipe López, analista de SelfBank.

Precisamente por eso, la mayoría de expertos coincide en ver con buenos ojos la última adquisición de la farmacéutica, que hace un par de semanas compró el 100% de la alemana Haema por 220 millones de euros, que cuenta con 35 centros de donación de plasma, la mayor red privada del país germano. López destaca que la operación otorgará a Grifols una mayor diversificación geográfica, lo que le hará “menos sensible a la cotización del dólar”, y desde Renta 4 apuntan que también servirá para reforzar la división de biociencia, de donde proceden el 80% de sus ventas. El escaso valor de la operación, que representa apenas el 2% de una compañía que capitaliza en Bolsa en más de 13.000 millones de euros, explica que no se haya visto reflejada en el parqué español.

Pero esta nueva compra, sumada a otras de los últimos meses, preocupa especialmente a Bankinter, “ya que incrementa su endeudamiento, ya de por sí elevado”. En diciembre, la deuda financiera neta de la compañía se situaba en los 5.170,4 millones de euros, un 27,7% más que en el mismo mes de 2016, y 4,24 veces el Ebitda anual, frente a 3,54 hace un año.

Esta situación financiera se da en un contexto de subida de tipos de interés en Estados Unidos y de un previsible incremento para 2019 por parte del BCE, lo que, según el analista de SelfBank, “podría coger a Grifols con el pie cambiado y hacer que se disparen sus gastos financieros, algo que complicaría que mejore su rating, situado en Ba3”.

Ignacio Cantos, de Atl Capital, cree además que este año puede haber cierta presión en los márgenes de las farmacéuticas en EE UU, “por el empeño de Trump de bajar el precio de los medicamentos”, lo que afectaría a Grifols. Para Cantos, su cotización “se encuentra todavía en la parte media alta de su rango de valoración”, una visión que comparte López, quien ve difícil justificar “la elevada valoración, con un ratio PER de 22 veces los beneficios anuales”.

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