La banca, muy atenta al ‘blockchain’
Esta tecnología puede dar respuesta a los grandes retos en el ámbito de los servicios financieros
En primer lugar, definamos de manera clara qué es y qué no es la tecnología blockchain, una cuestión que ha generado una gran confusión. Blockchain no es sinónimo de bitcóin, ni de cualquier otra criptomoneda. El bitcóin no es más que un ejemplo de aplicación de la tecnología blockchain.
Una manera más fácil de entender qué es el blockchain es mediante el concepto de la vivienda en propiedad. Cuando se compra una casa, se formalizan una serie de contratos, incluida la transmisión de la propiedad a favor del comprador. El proceso de formalización de estos contratos y de transferencia de la propiedad de la vivienda suele extenderse durante varias semanas y requerir la participación de distintas partes: el vendedor, el comprador y los abogados. El comprador conserva una copia de la escritura de propiedad, al igual que el registro catastral.
En el universo blockchain, el registro de la propiedad de esa vivienda se almacenaría en millones de ordenadores distribuidos por todo el mundo, en los que todos los registros son idénticos y pueden verificar la propiedad del inmueble de forma inmediata. Este registro se almacena de forma permanente y no puede ser manipulado gracias a algoritmos altamente sofisticados. Todo ello reduce el tiempo necesario para transmitir la propiedad, así como la participación de intermediarios: el proceso es más eficiente.
Por lo tanto, blockchain es la tecnología que facilita el mantenimiento de un registro de contabilidad distribuido, mientras que el bitcóin no es más que una mera aplicación de esta tecnología, mediante la que se registra la titularidad de los propietarios de los bitcóins.
En el ámbito de los servicios financieros, la tecnología blockchain podría ser la solución a los grandes retos que se plantea el sector. Para muchas entidades financieras, los acuerdos posteriores a las negociaciones y cierres de mercados, así como la conciliación de operaciones, conllevan un gasto importante. Cuando el volumen de operaciones aumenta y alcanza el gestionado por los bancos o implica pagos transfronterizos o mercados como los bursátiles, los gastos derivados de la liquidación de estas operaciones se incrementan rápidamente.
Bank of America, JP Morgan, la Bolsa de Nueva York (NYSE), Fidelity Investments y Standard Chartered ya están poniendo a prueba la tecnología blockchain con la mira puesta en acabar con el procesamiento de operaciones manuales y en papel en ámbitos como el de la financiación comercial, las operaciones cambiarias y las liquidaciones transfronterizas y de valores.
Según Banco Santander, “la tecnología blockchain alberga el potencial de eliminar los gastos asociados a infraestructura para los pagos transfronterizos, la negociación de títulos y el cumplimiento normativo, lo que se traduciría en un ahorro de 15.000 a 20.000 millones de dólares anuales”. Este ahorro se produciría dado que no sería necesario contar con infraestructuras específicas para el procesamiento de la liquidación de los pagos ni para el mantenimiento de los registros de propiedad.
Más allá de los pagos y la negociación de valores, el sector de los seguros es otro ámbito que podría experimentar un ahorro sustancial si el periodo de vigencia de los contratos se redujese de forma significativa o se eliminase. Corda, constituida a través de una joint venture de blockchain entre cien instituciones financieras, es una plataforma que puede automatizar muchos de los procesos de reclamación, buena parte de los cuales son manuales y generan una gran cantidad de papeleo.
A pesar del potencial del blockchain, esta tecnología aún no ha cumplido las expectativas y debe hacer frente a diversos retos. El obstáculo principal es que no existe un estándar común para desarrollar las aplicaciones de blockchain, lo que ralentiza su adopción y disminuye su potencial de interoperabilidad.
Seguramente la tecnología blockchain revolucionará el modo en que se ejecutan, liquidan y registran las operaciones en diversos sectores, incrementando su eficiencia, pero todavía se encuentra en su fase inicial. Puede que aún pase otra década hasta que alcance la suficiente madurez como para que su adopción sea generalizada.
David Sanz es Solution Consulting manager para España e Israel de ServiceNow.