El bono descuenta ya el alza de rating y prevé el regreso del inversor asiático
Marca nuevo mínimo anual en espera de Standard & Poor’s La mejora que se espera el viernes atraerá al Banco de Japón y de China
La deuda soberana española está muy cerca de liberarse de uno de los últimos estigmas que arrastra del estallido de la crisis. La agencia de calificación financiera Standard & Poor’s anunciará este viernes su decisión sobre el rating soberano y los inversores llevan ya semanas adelantándose a una mejora de la calificación desde el actual BBB- al grado A-. Pero no se trata solo de la subida de un peldaño sino del logro de un grado de calificación financiera que permite el regreso de los inversores más conservadores, los bancos centrales asiáticos y sus fondos de inversión y de pensiones, que huyeron con el inicio de la recesión.
Con la subida de rating que se prevé por parte de S&P, ya serían dos las agencias de calificación que incluyen a España en el grupo de países de mejor perfil de riesgo, aquellos que pasan de la nota de B, en el terreno del aprobado, a la de A, que se adentra ya en zona de notable al sobresaliente. Fitch fue la primera en hacerlo el pasado 19 de enero, al elevar el rating soberano español de BBB+ a A-, y ahora se espera que sea el turno de Standard & Poor’s, después de que la crisis política que estalló en Cataluña en septiembre del pasado año impidiera entonces la revisión al alza. Y ya con rating en la categoría de A por parte de dos grandes agencias, los inversores asiáticos tendrían la luz verde necesaria para invertir en deuda soberana española que marca sus mandatos de gestión.
“Cataluña impidió la subida el año pasado. Ahora ante los fundamentales económicos no hay excusa”, apunta Cristina Gavín, gestora de renta fija de Ibercaja Gestión. “La subida de rating atraerá a inversores asiáticos, que son más estrictos con el riesgo. Son los primeros en irse y los últimos en volver. Permitirá el regreso de los bancos centrales de Japón, China y Oriente Medio y de fondos de inversión japoneses y coreanos”, explica Jorge Alcover, director de mercado de capitales de deuda de Goldman Sachs.
El mercado se está anticipando a esa entrada de dinero y el rendimiento del bono español a 10 años ha emprendido un descenso –a la inversa del alza de su precio– que ayer le llevó a marcar un nuevo mínimo anual, inferior incluso a los niveles marcados en enero. Esta mañana cotiza en 1,335%.
“Desde hace unas semanas se está anticipando la subida de rating de S&P. Las órdenes que nos llegan son de comprar, con órdenes de vender ya en el caso de que llegue al nivel del 1,25%”, explica Javier Casal, director de la mesa de deuda pública de Ahorro Corporación. Casal no prevé aun así que el rendimiento del bono llegue a caer hasta el 1,25%, aunque sí podría retroceder hasta el nivel del 1,30%. “Será difícil que el rendimiento del bono a 10 años descienda más, pero la prima de riesgo sí puede seguir cayendo. A medio plazo se puede situar en los 50 puntos básicos, esa es una barrera en la que permanecerá algún tiempo”, añade Alcover.
Gavín apunta que la situación económica de España y las mejoras de rating dan a la deuda española cierto margen para resistirse a la tendencia de subida de rentabilidades que va a marcar a lo largo de este año el proceso de retirada de estímulos del BCE. “Será complicado que el bono a 10 años baje del 1,3% ó 1,25%, pero la prima de riesgo española podría reducirse a niveles de 50 puntos básicos”, explica. El diferencial con Alemania está en 76,9 puntos básicos.
El Tesoro, que confía en la llegada de inversores asiáticos para sus próximas subastas, ya se ha empleado a fondo en los primeros meses del año para aprovechar el apetito de los inversores para emitir deuda y avanzar en el cumplimiento de los ambiciosos objetivos de este año, en que deberá captar 126.310 millones a medio y largo plazo. Ha lanzado dos emisiones sindicadas, una a 10 años por 10.000 millones de euros y otra a 30 años por 6.000.