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¿Por qué debe ocuparse la mujer de la gestión de su dinero?

Las mujeres suelen ser buenas gestionado la economía doméstica del día a día, pero, en la mayoría de los casos, suelen delegar las decisiones de inversión a su pareja o a un tercero. Lo dicen numerosos informes. Evidentemente, las cosas están cambiando y cada vez hay más mujeres que se involucran activamente en las decisiones de inversión. El aspecto financiero, como vamos a ver, es relevante.

Hace un par de años, hicimos una encuesta en Abante en la que las mujeres decían -de forma mayoritaria- que les parecía importante y les gustaría implicarse más en las decisiones de inversión, pero, en muchos casos, explicaban que no lo hacían por “falta de conocimiento”.

Es fundamental adquirir ciertos conocimientos financieros y planificar nuestras finanzas para tener claro cuánto tenemos que ahorrar y cómo deberíamos invertir ese dinero para conseguir, por ejemplo, el capital suficiente para montar el negocio que queremos poner en marcha, o para cursar un máster o alguna especialización que nos sirva para reinventarnos profesionalmente, o para pagar la educación que deseamos para nuestros hijos, o para ayudar a nuestros hijos a comprar su vivienda, o para lograr mantener nuestro nivel de vida cuando nos jubilemos.

Guía Abante Mujeres y decisiones de inversión La primera guía en España sobre mujeres y decisiones de inversión

La visión de profesionales del asesoramiento
sobre el papel femenino en esta industria

Y este último objetivo, el de la jubilación, nos preocupa e interesa a todos por igual, dado que todos esperamos disfrutar de esa etapa vital. Sin embargo, en el caso de las mujeres, es aún más necesario que en el de los hombres dedicar algo de tiempo a hacer un análisis y a pensar cómo deben acudir a los mercados financieros para mantener el nivel de vida en el futuro, por una cuestión numérica.

Las mujeres, de media, vivimos 5,5 años más, pero con peor salud que los hombres. Alcanzamos mayor nivel educativo, pero trabajamos 5 años menos a lo largo de nuestra vida, dedicamos una hora menos diaria al trabajo remunerado y más del 20% de las mujeres está empleada a tiempo parcial -un porcentaje significativamente inferior en el caso de los hombres-. En el caso del trabajo a tiempo completo -seguimos hablando de medias- ganamos 3.300 euros menos al año y la pensión de jubilación en el caso de las mujeres es 415 euros inferior.

Todas estas estadísticas nos dicen que, dado que las mujeres vivimos más años, pero con menos ingresos, si queremos mantener el mismo nivel de vida, tenemos que hacer un mayor esfuerzo de ahorro. Un esfuerzo que pude llegar a ser hasta del 50% más, según las hipótesis de partida y el nivel de vida que se busque.

Por ejemplo, si comparamos a una mujer de 45 años con un hombre y estimamos que la expectativa de vida de ella es de 95 años y la de él de 90, que ambos llevan 22 años cotizados pero ella cobra 21.600 euros brutos anuales y él 28.800, que ambos tienen dos hijos y se jubilan a los 65 años, con 41 cotizados, que ella va a recibir una pensión (en euros actuales) de 17.474 euros brutos anuales y él de 22.191, para vivir con 2.000 euros al mes durante la jubilación, la mujer debe ahorrar 648 euros al mes, mientras que el hombre solo tiene que ahorrar 322 euros (ambos invirtiendo en una cartera con una rentabilidad media del 5%).

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