La banca europea se someterá este año a unas pruebas de estrés más severas
La EBA ya ha iniciado las pruebas de resistencia bancaria 2018, cuyos resultados se publicarán el 2 de noviembre Incluyen una desviación del PIB de la UE desde su nivel de referencia en un 8,3% en 2020
La Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) ha puesto en marcha este miércoles las pruebas de resistencia bancaria 2018, cuyos resultados se publicarán el próximo 2 de noviembre y que incluyen una desviación del Producto Interior Bruto (PIB) de la Unión Europea (UE) desde su nivel de referencia en un 8,3% en 2020, lo que resultaría en el escenario adverso más grave considerado hasta la fecha.
Los test de estrés, diseñados para proporcionar a supervisores, bancos y otros participantes del mercado un marco analítico común para comparar y evaluar consistentemente la capacidad de recuperación de las entidades bancarias de la UE frente a un shock económico, contarán este año con la participación de 48 bancos, de los que 33 se ubican en países bajo la jurisdicción del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), con lo que se cubrirá alrededor del 70% de los activos totales del sector bancario de la eurozona.
Los resultados se expresan en términos de capital de calidad frente a activos de riesgo (CET1) y se incluyen las entidades bancarias con activos valorados en al menos 30.000 millones de euros. Entre los bancos españoles que realizarán este examen se encuentran BBVA, Banco Santander, CaixaBank y Sabadell.
Según anunció la EBA en un comunicado, el escenario base está en línea con el pronóstico de diciembre publicado por el Banco Central Europeo (BCE), mientras que el escenario adverso plantea la materialización de cuatro riesgos sistémicos, actualmente considerados como las amenazas más importantes para la estabilidad de la industria financiera del Viejo Continente.
Por un lado, se plantea un contexto en el que se produzca una revalorización abrupta y considerable de las primas de riesgo en los mercados financieros mundiales, y que llegara a extrapolarse a los países europeos, hasta conducir hacia un endurecimiento de las condiciones financieras en general.
Asimismo, propone un marco en el que se forme un vínculo de retroalimentación entre la debilidad de la banca y un bajo crecimiento nominal derivado de una disminución de la actividad económica en la UE. Esto afectaría, particularmente, a las entidades de los países que enfrentan desafíos estructurales en su sector bancario.
En tercer lugar, otro de los riesgos adversos que considera la EBA en sus test es la sostenibilidad de la deuda pública y privada, un motivo que considera preocupante en medio de la posible revalorización de las primas de riesgo y el aumento de la incertidumbre política.
Por último, apunta a los riesgos de liquidez en el sector financiero no bancario con la posibilidad de desviación al sistema financiero en su conjunto.
En términos cuantitativos, los bancos deberán demostrar su fortaleza ante un escenario hipotético en el que el PIB de la UE registre una desviación desde su nivel de referencia de un 8,3% en 2020. Este marco de dificultades implicaría que la UE registraría un crecimiento negativo del 1,2% y del 2,2% en 2018 y 2019, respectivamente, y de un ligero crecimiento positivo del 0,7% en 2020.
En la presentación de los nuevos escenarios, la EBA indica que el contexto más adverso abarca una amplia gama de riesgos macroeconómicos que podrían estar asociados con el brexit -previsto para el 29 de marzo de 2019-, mientras que el escenario base, elaborado por los bancos centrales, ya refleja posibles efectos derivados de la futura relación comercial entre Reino Unido y la UE.