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Las grandes familias hacen caja con la Bolsa: venden acciones por 4.000 millones en 2017

Los Villar Mir sumaron casi 1.000 millones por desinversiones en Abertis, OHL y Colonial Los March cambian ACS y Baviera por CIE y Parques Reunidos

Mapa de desinversiones de las principales familias de la Bolsa española
Belén Trincado / Cinco Días
Álvaro Bayón

“Todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desdichada”. El archiconocido inicio de Ana Karenina de Leon Tolstoi es también la máxima que han seguido los grandes apellidos que marcan la evolución de la Bolsa española. Cuando van bien las cosas, todas ellas tienen una misma máxima: exprimir al máximo el modelo de negocio amasado de generación en generación. Pero cuando llega el momento de vender, las razones se atomizan.

La tendencia es clara. Los nombres propios cada vez pesan menos en Bolsa. En el primer semestre del año el 24% de las acciones de las cotizadas estaba en sus manos. Son mínimos históricos, según los datos de BME. Aprovecharon unos seis primeros meses en los que el Ibex fue uno de los índices más rentables del mundo para colocar algunas de sus participaciones y hacer caja con el buen momento bursátil. Una tendencia que se ha extendido hasta fin de año, pese a las dudas bursátiles.

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Unas 40 familias se han desprendido en los últimos 12 meses de paquetes de acciones valorados en unos 4.000 millones, según el cierre de la última sesión bursátil de 2017. La cuenta resulta de comparar sus posiciones en esa fecha, según la web de la CNMV, con las que contaban a 31 de diciembre de 2016, recogidas en los últimos informes sobre gobierno corporativo.

Un nombre resalta por encima del resto. Y es el de Villar Mir. La insigne familia ha dedicado 2017 a ir reduciendo, o incluso deshaciéndose, de sus grandes inversiones en las cotizadas españolas. Y ya solo cuenta con posiciones superiores al 3% en su gran empresa, OHL. Se ha desprendido del 4,24% que tenía en Abertis, justo unos meses antes de que se desatase la guerra de opas entre Atlantia y ACS para controlar la concesionaria. También ha vendido el 3,34% que conservaba a principios de año en la inmobiliaria Colonial. De la recién transformada en socimi también se fue el empresario inglés Joseph Lewis, que tenía el 4,94% de las acciones.

En OHL, los Villar Mir han pasado de controlar el 54% al 51%. El grupo de concesiones ejecutó en 2017 la venta de su división de concesiones por 2.200 millones con el objetivo de mitigar la acuciante deuda de la compañía. Algo que abre la puerta al abono de un dividendo extraordinario que le dé un colchón de efectivo excepcional al holding familiar. Sin contar este pago, la familia ha ingresado casi 1.000 millones.

Un caso diferente es el de otra gran familia de la Bolsa, los March. Más que la necesidad por hacer caja con sus participaciones, la estrategia de esta familia se ha centrado en la rotación de activos que controla a través de Corporación Financiera Alba. Por un lado se ha desprendido del 7,24% que tenían en ACS, por el que han generado plusvalías por más de 300 millones. También los Fluxá, propietarios de los hoteles Iberostar, vendieron el 5,6% que controlaban en la constructora dirigida por Florentino Pérez.

Otra de las compañías que ha abandonado el brazo financiero de los March es Clínica Baviera, donde controlaba el 20% de las acciones. En este caso la razón ha sido la opa del grupo chino Aier Eye, que valoró su participación en 34 millones. En ella Eduardo y Julio Baviera se desprendieron del 64% que controlaban y engrosaron su cuenta corriente por más de 60 millones.

Junto a otras operaciones de capital riesgo (como la venta de Berlys o de su negocio de residencias de estudiantes), estas desinversiones han aportado a la familia March la caja suficiente para entrar en el capital de CIE Automotive con el 10% y en el de Parques Reunidos con el 4%.

La otra estrategia de las familias para aprovechar el buen momento bursátil han sido las salidas a Bolsa. Frente a años anteriores donde tuvieron más peso las colocaciones del Estado (Aena) o los fondos (Telepizza), en 2017 las familias jugaron un papel importante en dos debuts: Prosegur Cash y Gestamp.

El primero de los casos fue la colocación en Bolsa de parte de la filial de efectivo de Prosegur. Más del 50% de las acciones estaban en manos de la accionista mayoritaria de la matriz, Helena Revoredo. Pero la decisión de sacar a Bolsa el 27% de la filial redujo su participación al 37%. Se embolsó en la operación unos 500 millones.

Un mes después del debut de Cash, la familia Ribera puso en el mercado una de las joyas de la corona de la industria nacional, Gestamp. Antes de la colocación controlaban el 86% de la compañía, mientras que el resto estaba en manos del grupo japonés Mitsui. Actualmente, retienen un 71% y según los precios del mercado el 15% del que se deshizo la familia burgalesa vale más de 500 millones de euros.

Sobre la firma

Álvaro Bayón
Redactor de la sección de empresas especializado en operaciones corporativas, banca de inversión y capital riesgo. Graduado en Estudios Hispánicos por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Periodismo UAM-El País, ha desarrollado toda su carrera en Cinco Días, donde trabaja desde 2016.

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