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Unilever gana tiempo para fijar su sede en Londres o Rotterdam

Ha eliminado definitivamente la fecha límite de fin de año para decidir El retraso aumenta la pugna entre los Gobiernos británico y holandés

Paul Polman, CEO de Unilever.
Paul Polman, CEO de Unilever.

Los aspirantes a ser sede única de Unilever tendrán que dar otra vuelta por la pasarela, pues la compañía retrasará la decisión de ubicar su oficina principal en Londres o Rotterdam. Eso reduce el riesgo de que se convierta en objetivo de votantes descontentos, y da al Gobierno británico más tiempo para ofrecer golosinas.

La decisión sobre la engorrosa estructura legal anglo-holandesa de Unilever se esperaba antes de fin de año, pero se ha eliminado definitivamente la fecha límite. Aunque el gigante confirmó ayer que su estructura actual probablemente desaparezca, su hogar definitivo sigue siendo incierto.

El retraso aumenta la pugna entre los Gobiernos británico y holandés. Hasta ahora, La Haya ha sido más proactivo. La Administración encabezada por el primer ministro, Mark Rutte, que trabajó en Unilever, planea reducir el impuesto de sociedades del 25% al 21% para 2021. También quiere eliminar un impuesto a la retención de dividendos que disuadió a Unilever de optar por fijar su sede en Países Bajos la última vez que revisó su estructura, en 2005.

La primera ministra británica, Theresa May, está siendo menos acogedora. De acuerdo, el impuesto de sociedades británico caerá a un difícil de batir 17% en 2020. Pero una promesa electoral de los conservadores de revisar la regulación de las adquisiciones corporativas va en contra de la protección que pidió el CEO de Unilever, Paul Polman, después de una oferta no deseada de Kraft Heinz en febrero.

Unilever sostiene que cualquier oficina central será pequeña comparada con las operaciones del grupo global, y que seguirá cotizando en Bolsa en ambos lados del Mar del Norte. Sin embargo, al haber lanzado el concurso, no puede evitar las consecuencias políticas. Cualquier gran multinacional que decida abandonar Reino Unido tras el brexit corre el riesgo de una reacción popular, un riesgo considerable para una empresa de consumo. Mientras, los partidos de oposición neerlandeses están descontentos con el donativo anual de 1.400 millones a Gobiernos e inversores extranjeros que supondrá eliminar el impuesto a los dividendos. Los beneficios de alargar el concurso solo compensarán parcialmente lo que será una decisión impopular.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías.

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