Una Fed con John Taylor tendría varios peligros
El creador de la famosa regla es uno de los favoritos para presidir la Reserva Federal Es partidario de subir los tipos de interés, a diferencia de Donald Trump
Una Reserva Federal encabezada por John Taylor sería peligrosa en muchos sentidos. Además del empeño dogmático del economista de la Universidad Stanford (California, EEUU) por una política monetaria programática, es partidario de cambios regulatorios más radicales que otros candidatos a dirigir el banco central de EE UU. Sus ideas de laissez-faire en torno a la vigilancia de Wall Street están cargadas de riesgos.
Taylor es más conocido por la regla que lleva su nombre y propuesta por él en 1993, que vincula el tipo de interés oficial de la Fed con los cambios en la inflación y la producción. Durante más de una década, pronosticó con mucha precisión los tipos de la Fed, pero si se siguiera hoy en día pondría los tipos muy por encima del rango actual, del 1%-1,25%. Tampoco sintoniza con el deseo de Donald Trump de mantener bajos los tipos. Sin embargo, Taylor es un puntal intelectual que también cree que los recortes impositivos y la desregulación pueden impulsar el crecimiento del PIB hasta el 3%, lo cual complace al presidente.
Sus atípicos puntos de vista se extienden a la regulación financiera. En 2016, respaldó la propuesta del presidente de la comisión de servicios financieros de la Cámara de Representantes, Jeb Hensarling, de deshacer muchas reformas pos-crisis financiera. Por ejemplo, pretende suavizar las exigencias de liquidez de los bancos. También defiende cambiar las normas de resolución bancaria, algo a lo que se opone la industria, pero apoyan muchos republicanos.
Además, aunque apoya la independencia de la Fed en cuanto a política monetaria, respalda que el Congreso tenga control sobre el presupuesto regulatorio de la Reserva Federal.
Dar a políticos que reciben fondos de los bancos más influencia sobre el regulador de los grandes bancos es coquetear con el desastre. Una disposición así obstaculizaría la supervisión de la Fed, como ya ocurre con varias agencias federales. Los legisladores suelen financiar insuficientemente a los organismos de control, y el cierre de la Administración en 2013 prácticamente cerró la Comisión de Futuros. Lo último que necesita la Fed es un líder que la exponga a vientos políticos similares.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías.