El cambio de sede afloja la presión sobre la deuda de Sabadell y Caixabank
Las rentabilidades se sitúan en máximos desde el mes de julio El impacto es menor que el que están sufriendo en Bolsa las dos entidades
No solo sufren las acciones, también la deuda de más riesgo de los dos bancos catalanes –CaixaBank y Sabadell– se resiente por la creciente inestabilidad política.
La presión vendedora de las últimas jornadas sobre ambos bancos se refleja en las últimas emisiones de deuda subordinada (Tier 2, en la jerga) y de bonos contingentes convertible (capital adicional de primer nivel, cocos o AT1, en la jerga). Pero también las alzas de este jueves en Bolsa —después de que Sabadell decidiese que cambiará su sede social a Alicante y de que Caixabank hará lo propio el viernes con Palma— han dado aire a la presión.
También el siguiente pasivo que puede computarse para construir el colchón anticrisis, la deuda sénior no preferente, está bajo presión.
Es cierto que el efecto sobre la deuda es mucho más suave que sobre la renta variable. Las acciones de la antigua caja cayeron en tres días un 7,7% y las del banco que preside Josep Oliu, un 10%.
Los bonos sénior de ninguna de estas entidades están notando de manera notable la presión
En cuanto a los cocos (aquellos que se convierten en acciones cuando el capital de máxima calidad CET1 baja del 5,125%), los de Sabadell experimentaron más complicaciones. Los emitidos el pasado mayo por 750 millones ofrecían el miércoles a una rentabilidad del 6,6%, levemente por encima del cupón del 6,5% con el que fueron emitidos. Sin embargo, el jueves cayó hasta el 6,53%. En ambos casos tipo de interés, que se mueve de forma inversamente proporcional al precio (véase gráfico), distó mucho del mínimo que marcó en agosto, en el 5,75%.
Los de CaixaBank, sin embargo, se mueven en una horquilla más moderada. Los 1.000 millones de euros que emitió en junio marcaron el miércoles un precio del 105% del nominal (el jueves cayó al 104%) y la rentabilidad se fue al 6,4%, todavía por debajo del cupón del 6,75% al que se vendieron. El precio en agosto marcó un máximo al 109% del nominal.
Curiosamente, la situación es más comprometida en la deuda subordinada, que se encuentra un escalón por debajo de los cocos a la hora de absorber pérdidas. Las rentabilidades de la deuda de CaixaBank y de Sabadell se situaron el miércoles en máximos desde julio. Y el precio, por tanto, en mínimos. La entidad presidida por Josep Oliu emitió 500 millones en bonos subordinados en mayo de 2016 con un cupón del 5,625%. Tras registrar una notable subida en las últimas sesiones al calor del recrudecimiento del conflicto catalán, la rentabilidad subió al 3,8% y el precio cayó el 112% del nominal. Hace tan solo dos meses, en agosto, la rentabilidad exigida a estos bonos marcaba mínimos en el 3,2%. El jueves, después de conocerse la decisión del consejo de administración, la rentabilidad exigida se relajó hasta el 3,71%.
Mientras, el precio de unos bonos Tier 2 de CaixaBank se situaba el miércoles en el 104,4% del nominal y la rentabilidad ha subido en las últimas sesiones hasta el 2,45%. El jueves cayó hasta el 2,27%. Un dato que contrasta con el 2,1% registrado hace poco más de una semana y el 1,8% que marcó en agosto.
La deuda sénior no preferente emitida por esta entidad a finales de agosto, más segura que la subordinada pero por debajo de la sénior de toda la vida en el orden de prelación en caso de problemas, ofrece una rentabilidad del 1,5%, frente al 1,1% de inicios de agosto. Ni Sabadell ni CaixaBank se han visto afectados de manera significativa en la deuda sénior.