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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Una batalla en la que los hoteleros deben batirse por un terreno que también es suyo

Solo en España, el gigante Booking acapara el 57% de las camas vendidas en la red

La omnipresencia de las agencias online en el mercado de las reservas turísticas es un hecho fácilmente comprobable por cualquier usuario de internet. En ese universo, que ha sustituido masivamente a la tradicional atención personal en una oficina física, un gigante como Booking domina con claridad sobre sus escasos competidores y sobre la exigua venta directa que realizan los propios hoteles. La compañía, que pertenece al grupo Priceline, ha acumulado en sus 13 años de actividad una cartera de 1,5 millones de alojamientos en 225 países. Solo en España, acapara más del 57% de las camas vendidas a través de internet, un dominio que el sector de los hoteleros califica como “abusivo” y que se repite en los principales países europeos.

La queja de los empresarios se centra en dos estrategias comerciales de la compañía: la imposición de las denominadas cláusulas de paridad (que en la práctica impiden a los hoteleros ofertar las habitaciones a precios por debajo de los que ofrecen las agencias online) y el cobro de unas comisiones a los hoteles a cambio de estos servicios que el sector considera excesivamente altas. En 2015, las autoridades de competencia de Francia, Italia y Suecia alcanzaron un acuerdo con Booking según el cual la compañía se comprometía a no aplicar sus cláusulas de paridad durante cinco años. Ahora, los empresarios quieren seguir la misma vía para combatir la cuantía de las comisiones, que el sector cifra en un 22% y que ha llevado a las autoridades de consumo de Suiza a iniciar una investigación por presunto abuso. La compañía niega las acusaciones y ya ha manifestado que no tiene intención de reducir esas tasas.

De momento, tal y como han reconocido las autoridades suizas, la política comercial de Booking y otras agencias no ha perjudicado a los consumidores. Los servicios de competencia deben seguir vigilando la existencia de posibles abusos de posición en el mercado por parte de los gigantes de la red. Pero el sector hotelero europeo tiene que reinventarse y pasar a la ofensiva en un mercado –el de la venta online– que también es suyo y que exige una estrategia comercial que sume inmediatez, flexibilidad y eficiencia.

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