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Schleicher: “Puedes perder unas elecciones por la educación, pero no ganarlas”

El responsable del Informe PISA explica cómo mejorar la educación en España Achaca el abandono escolar a la poca relevancia que se le ve al sistema docente

Andreas Schleicher, durante la jornada en Madrid.
Andreas Schleicher, durante la jornada en Madrid.
Pablo Sempere

La alfabetización era descifrar un texto, entender cada una de las palabras, y si surgía alguna duda, saber resolverla gracias a otro escrito o una enciclopedia. Pero eso era antes. “La alfabetización del siglo XXI ya no es saber leer. Ahora, si no comprendes algo, lo buscas en Google y rápidamente surgen miles de respuestas. Por eso hoy la alfabetización consiste en saber distinguir lo concreto de lo accesorio, diferenciar entre lo verdadero y lo falso”. Así de contundente se mostró esta mañana en Madrid, en un desayuno organizado por Nueva Economía Forum Europa, Andreas Schleicher, el padre del famoso informe PISA, que elabora la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), al que cada año mira la comunidad educativa de todo el mundo. Sin embargo, continuó, en Europa no se han hecho avances significativos en la última década para impulsar el sector. Mucho menos en España.

“Si hay una lección que hemos aprendido es que no podemos salir de una crisis con políticas de estímulo e imprimiendo billetes, sino dando competencias y habilidades a la gente para que la sociedad avance”, prosiguió. Pero eso no interesa, porque una transformación plena en esto implica realizar un esfuerzo a muy largo plazo, sin soluciones rápidas. “Puedes perder unas elecciones por la educación, pero no ganarlas”.

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Sin embargo, merece la pena apostar por el cambio, insistió Schleicher, poniendo como ejemplo a Finlandia, Corea del Sur o China, países que tenían problemas hace 30 años y que hoy son punteros porque en su momento adoptaron las medidas necesarias. La primera de ellas, continuó, es dejar de hacer más de lo mismo: “En España hay miles de universitarios que no encuentran trabajo y miles de empresas que no dan con los perfiles que necesitan. Está demostrado que más educación no significa por sí mismo tener más competencias y habilidades”.

También es necesario impulsar una oferta formativa atractiva para todos los estudiantes. Para el experto de la OCDE, que el 35% de los jóvenes españoles solo tenga bajo el brazo un título de educación obligatoria es una muestra de la falta de relevancia que le ven a la formación tal y como está planteada: “Si un supermercado ve que a lo largo de los años el 35% de los usuarios entra y no compra nada, seguro que cambiará su inventario y oferta”. Pero donde España debe llevar a cabo reformas con carácter urgente, en opinión de Schleicher, es en sus métodos docentes y en la forma de examinar a sus alumnos: “Los estudiantes españoles siguen estancados en los exámenes de PISA porque aquí se premia la memorización, y eso es algo que ya no funciona. Si nuestras pruebas se basasen en repetir lo aprendido España estaría en cabeza”.

Si el examen de PISA se basase en repetir lo aprendido, España estaría a la cabeza

Pero para cambiar todo esto, además de una visión de futuro a largo plazo, hace falta que la voluntad se materialice en aspectos tales como un pacto nacional por la educación, para que sea intocable y no cambie cada legislatura. “Ningún país avanzado politizaría nunca la educación”. Solo de esta manera podrán llegar los avances que tanto necesita el panorama formativo español, ya que, hoy más que nunca, el profesional que no está preparado para afrontar la tesitura se convierte en un agente totalmente vulnerable. “Para quienes tienen las capacidades requeridas a punto, el momento actual es apasionante. Pero quien está un poco por detrás corre el riesgo de quedarse al margen. La educación está polarizando la sociedad”.

El fin último de todas estas reformas, prosiguió Schleicher, es llegar a dotar a los estudiantes de la capacidad de poner en común todo el conocimiento aprendido en cada materia. “Hay que pensar la enseñanza como algo colaborativo, no con un examen que muestre qué ha aprendido cada cual en cada asignatura de forma individual. La resolución de problemas depende de ser capaz de reunir todas las piezas y desglosarlas”. De hecho, reconoció, en PISA están inmersos en modificar el método de sus pruebas, para analizar el grado en el que los jóvenes son capaces de ver el mundo desde diferentes perspectivas, “de una manera realmente científica”, recalcó.

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Sobre la firma

Pablo Sempere
Es redactor en la sección de Economía de CINCO DÍAS y EL PAÍS y está especializado en Hacienda. Escribe habitualmente de fiscalidad, finanzas públicas y financiación autonómica. Es graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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