Bruselas acelera para cerrar el acuerdo de libre comercio con Mercosur y México
Los intercambios con Canadá se liberalizan a partir de la semana que viene La UE propone abrir las negociaciones con Australia y Nueva Zelanda
Casi un año después de que las negociaciones con EE UU para liberalizar los intercambios comerciales entrarán en vía muerta, la Unión Europa ha dejado hoy clara su intención de seguir profundizando en la libertad comercial, con nuevos tratados para derribar las barreras arancelarias y no arancelarias que obstaculizan las exportaciones e importaciones de bienes. En el discurso anual sobre el estado de la Unión, el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, pidió concluir para finales de año el tratado comercial actualizado con México y el acuerdo de asociación con los países del Mercosur. “Acabamos de cerrar con Canadá un acuerdo que se empezará a aplicar la emana próxima de forma provisional y hemos llegado a un acuerdo político con Japón sobre un futuro acuerdo económico”, incidió Juncker en su discurso. También propuso empezar a negociar un tratado de libre comercio con Australia y Nueva Zelanda.
Con estos mensajes, la Comisión Europea quiso dejar claro que quiere seguir transitando por esa senda, con o sin la compañía de EEUU, que en la actualidad representa el 40% del PIB mundial. Las negociaciones del tratado de libre comercio (conocido como TTIP por sus siglas en inglés) andaban encaminadas con Barack Obama, pero quedaron definitivamente paralizadas por dos razones: la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y el recelo de París y Berlín a firmar un acuerdo que quitaba más de lo que ofrecía a los socios comunitarios.
Nada más llegar a la presidencia, Trump abogó por revisar todos los acuerdos de libre comercio firmados por EEUU y paralizó los que se estaban negociando bajo dos premisas:todos perjudicaban los intereses norteamericanos y las empresas locales tenían que tener preferencia sobre las extranjeras. En paralelo, Francia y Alemania lideraron el rechazo europeo a la firma de un tratado que daba excesivo poder a las multinacionales, mientras que la aprobación del brexit dejó a España sin el apoyo del Reino Unido en defensa del TTIP.
La hoja de ruta descrita por Juncker para acelerar la firma de acuerdos comerciales, sin embargo, está sujeta a numerosos contratiempos. Y el más importante es el del acuerdo de libre comercio con Canadá, que entra en vigor la semana que viene. Este pacto tendrá que ser aprobado por cada uno de los 28 parlamentos de la Unión Europea para su ratificación definitiva. Es la primera vez que las autoridades comunitarias tendrán que someterse a la voluntad de los gobiernos nacionales, como consecuencia de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, hecha pública en mayo. Esta estableció que la UE no puede cerrar los nuevos acuerdos comerciales, que van más allá de las cuestiones arancelarias y cubren aspectos como la contratación pública o el desarrollo sostenible, sin el visto bueno de los parlamentos de los Estados miembros. Esto significa que cualquier estado podría anular el tratado de libre comercio con Canadá si su parlamento no lo ratifica en los próximos meses. Una situación inédita hasta ahora en la UE.
La revisión del acuerdo de libre comercio con México, en marcha desde mayo de 2016, lleva ya tres rondas de negociaciones (la última se produjo en abril en Bruselas) y ha quedado igualmente paralizado por distintas razones. México no quería quedarse al margen del TTIP y quería firmar un acuerdo con la UE para beneficiarse del derribo de barreras arancelarias entre dos zonas que sumaban el 80% del PIB mundial. El frenazo que ha sufrido el tratado de libre comercio entre EE UUy la UE, unido a la revisión del pacto entre Canadá, México y EEUU (conocido como Nafta por sus siglas en inglés) han estancado las conversaciones.
Por último, las negociaciones con Mercosur, formada por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay e iniciadas hace 18 años, también están sometidas a eventualidades de todo tipo. La más reciente es la expulsión temporal de Venezuela el pasado mes de agosto, ratificada por los otros cuatro países como medida de presión para aislar al Ejecutivo de Nicolás Maduro. La medida supone solo la “suspensión de los derechos y obligaciones de Venezuela” y no su exclusión porque los países quieren dejar la puerta abierta al regreso del país “tan pronto sea restaurado el orden democrático”. A ese factor se une el hecho de que Brasil, el mayor mercado de Mercosur y el mercado más importante de Latinoamérica, ha encadenado dos años seguidos en recesión.
Turquía y México, grandes socios de España fuera de la UE
Cuota. Entre enero y junio de 2017, las empresas españolas destinaron el 66% de sus exportaciones a países de la Unión Europea, con un avance del 9,6% respecto al mismo período del anterior ejercicio. Fuera de la UE, el porcentaje de ventas fue del 33,4%, con un incremento del 11,4% anual.
Acuerdos comerciales. La estadística mensual que elabora la Secretaría de Estado de Comercio establece que las exportaciones fuera de la UE ascendieron a 47.063 millones de euros en el primer semestre de 2017. De esa cantidad, 23.422 millones (un 49,7% del total) tuvieron como destino países con los que la UE tiene acuerdo de libertad comercial. Los más importantes en volumen son Turquía, con 2.733 millones, y México, con 2.241 millones.
Importaciones. La clasificación no cambia en las dos primeras posiciones si lo que se analizan son las compras de bienes a los catorce países con los que la UE tiene acuerdos para liberalizar los intercambios comerciales. El primer proveedor de bienes es Turquía, con 3.071 millones, seguido de México, con 2.113. A muy poca distancia aparece Corea del Sur, con 2.004 millones y un crecimiento del 73,1% respecto al primer semestre de 2016. También es llamativa la presencia en cuarto lugar de Vietnam, con 1.287 millones de euros, y de Perú, con 1.038 millones.