Los seguros de crédito del Popular seguirán en el limbo
El tribunal que decide sobre los CDS esperará hasta saber si la resolución ha sido más lesiva que una liquidación
Los escudos por si la deuda de Popular entraba en impago (no solo no ha entrado en impago, sino que la subordinada se ha volatilizado) siguen en el limbo. Los Credit Default Swaps (CDS) sobre los bonos del banco ahora filial de Santander aún no han sido oficialmente activados. Sus dueños tendrán que esperar a que el experto independiente determine “si los accionistas y acreedores habrían recibido mejor tratamiento si la entidad objeto de resolución hubiera iniciado un procedimiento de insolvencia ordinario”.
Así lo ha acordado la Asociación Internacional de Swaps y Derivados (ISDA, por sus siglas en inglés), un tribunal que vigila que los derivados no cotizados (OTC, en la jerga), como los CDS, sirvan para lo que fueron creados.
El organismo esperará a que este experto se pronuncie, tal y como ha anunciado, después de que dos días después de la resolución, el 9 de junio, determinara que se daban las circunstancias para activar esos seguros. En esta especie de corte se sientan como miembros de primera línea –también hay asociados y suscriptores– un total de 211 entidades financieras, entre ellas Santander y BBVA. Ahora queda por saber si los accionistas o los propietarios de bonos subordinados tienen opción a una compensación a la luz de esa revisión independiente. La ISDA, en todo caso, se reunirá en un plazo de un mes para ver cómo evolucionan los acontecimientos.
Los bonos susceptibles de estar blindados por un CDS son los Tier 2 con un importe de 684 millones de euros. Los datos de la ISDA revelan que a cierre del 9 de junio había contratos de CDS que cubrían un importe neto de 161,8 millones de dólares en deuda de Popular (unos 138 millones de euros), si bien esta información no discrimina entre la deuda sénior, que no cayó en impago al ser asumida íntegramente por Santander, y la subordinada, que se ha volatilizado.
Múltiples reuniones
La última reunión se produjo el pasado 22 de agosto y el viernes 25 lanzaron el comunicado. Los 15 jueces sobre los CDS de Popular son Bank of America, Barclays, BNP Paribas, Citi, Credit Suisse, Deutsche Bank, Goldman Sachs, JPMorgan, Mizuho, Société Générale, AllianceBernstein, Citadel, Cyrus, Elliott y Pacific Investment Management.
El siguiente paso, una vez se conozca si habrá compensación o no, será celebrar una subasta para fijar los precios de los derechos de cobro de los CDS. En resumen, si el experto independiente determina, por ejemplo, que no hay valor alguno en la deuda subordinada, porque una liquidación ordinaria hubiera resultado más lesiva, el inversor que hubiera apostado 100 euros recibirá esos 100 euros. Si el experto determina que una liquidación hubiera sido mejor y se le devuelven 10 euros por cada 100, recibirá 90 al liquidar los CDS.
Otros acontecimientos
Santander acordó el 13 de julio entregar una compensación a los que compraron los bonos subordinados que colocó a minoristas desde 1.000 euros y con tipos de interés entre el 8% y el 8,25% en 2011. Los pequeños inversores que acepten la propuesta recibirán un bono eterno con un rendimiento del 1% anual que Santander podrá amortizar en siete años y que compensará la inversión realizada en esta deuda una vez descontados los intereses cobrados desde la suscripción, que rondan el 40%.
Los CDS tienen dos funciones: como paracaídas para los propietarios de los bonos y como fórmula para especular con un posible impago. En un principio, los dueños de bonos se protegían de un eventual impago al comprar los CDS sobre esa deuda. Pero ahora no es ni mucho menos su único uso. No es necesario tener la deuda. La compra de los CDS implicará ganar dinero si una empresa o un país entra en impago.