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Tribuna
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Los mitos de la digitalización industrial

España debe poner el foco en las empresas de menor facturación, las mayores empleadoras del país

Planta de ensamblaje de vehículos Tesla en California.
Planta de ensamblaje de vehículos Tesla en California.REUTERS

La continua avalancha de acrónimos y de tecnologías para la digitalización de las empresas nos pueden hacer perder el foco de lo realmente importante: el impacto real de la digitalización para las empresas españolas y, por ende, el impacto en la economía de nuestro país.

Creo no equivocarme al afirmar que la digitalización ocupa un lugar destacado en la agenda de empresarios, universidades, consultoras y, por supuesto, en la agenda de nuestros políticos. Permitidme hoy desmontar algunos de los mitos para encarar con mayor probabilidad de éxito la digitalización.

El primer mito hace referencia al hecho de que la digitalización es un tema de grandes empresas. Por supuesto que es un tema que todas ellas tienen ya en sus agendas pero, ¿es suficiente? En España, con solo un centenar de empresas que facturan más de 1.000 millones de euros, la respuesta es simplemente no. Necesitamos focalizarnos en el mid-market: en esas 4.000 empresas que facturan entre 25 y 1.000 millones de euros, las grandes empleadoras de nuestro país, y las que tienen hoy una posición más débil ante la continua demanda de los mercados por una mayor competitividad y flexibilidad.

El segundo mito se basa en afirmar que es imposible cuantificar el impacto en los resultados de la digitalización. La primera pregunta de un director general de cualquier empresa del mid-market español cuando se plantea la digitalización es: ¿cuánto me puede costar? Seguida de: ¿en cuánto voy a poder mejorar mis resultados?

Hay que traducir todas las ventajas de la digitalización en resultados claros para la empresa, sin esto, el CEO se verá ahogado entre datos y tecnologías y postergará su decisión de inversión.

Diferentes análisis nos muestran mejoras de entre el 5% y el 10% en un período de 5-10 años. Las mejoras se consiguen en productividad de personal directo e indirecto, mejora de costes logísticos, reducción de costes de estructura, aunque exista un incremento de costes en inversión y amortizaciones. Todo esto nos lleva a un crecimiento del 1% interanual para sectores donde su beneficio neto no supera el 5%. Es enorme. Exactamente un 20% de mejora.

Si queremos acelerar la digitalización en España es importante que desde clústeres y administración se fomente y ayude a la implementación de proyectos pilotos que permitan cuantificar el impacto en el conjunto de sectores con mayor implantación del mid-market.

El tercer mito asegura que la digitalización es un tema tecnológico. Sin embargo, resultados, empleo, sostenibilidad y talento son variables que también cambiarán y que determinarán el panorama industrial de los próximos años, tanto por sectores como por países.

Si hablamos del efecto en el empleo: ¿los robots sustituirán a las personas? ¿Si está todo conectado, necesitaremos personas en las fábricas? Son preguntas que ya afloraron en Davos y que atemorizan a las autoridades de todos los países. No obstante, gracias a la implantación del industrial internet of things (IIoT) la empresa será mucho más eficiente, podrá personalizar los productos y ofrecerá servicios diferentes que incrementarán sus ventas entre un 0,5% y un 1,5%. Si la empresa crece un 1%, la creación de empleo será neta.

Por último y más importante, la gestión del talento. La capacidad que tengamos de vincular talento dentro de la organización es clave por varias razones: estas nuevas fábricas serán más sencillas de operar, pero se necesitará a los mejores para hacerlo.

¿Realmente es una revolución completamente nueva o estamos simplemente viviendo una gran evolución que genera un impacto revolucionario? Revolución industrial o evolución revolucionaria, claro está que tenemos en nuestra mesa una oportunidad de país y que para maximizarla deberemos focalizarnos en el tejido de empresas de mediano tamaño; impulsar proyectos y pilotos que ayuden a calcular el impacto en la cuenta de resultados de las empresas para acelerar así la toma de decisiones; y fomentar perfiles profesionales más transversales, flexibles, multiculturales y ávidos de conocimiento capaces de liderarlo.

Josu Ugarte es vicepresidente de Industry en Schneider Electric.

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