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Las sanciones de EE UU a Venezuela son un arma de doble filo

Pueden envalentonar a la oposición a Maduro, incluso en el seno del ejército Pero pueden perjudicar a las petroleras estadounidenses

Nicolás Maduro, el lunes, en Caracas (Venezuela).
Nicolás Maduro, el lunes, en Caracas (Venezuela).REUTERS

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, dijo que la votación del domingo para una nueva Asamblea Constituyente traería paz al país, pero es probable que el impacto inmediato sea una ampliación de las sanciones de EE UU, que pueden envalentonar a la oposición a Maduro, incluso en el seno del ejército. Eso ofrece esperanzas a los venezolanos, pero compañías estadounidenses como Chevron compartirían los costes.

La Administración de Donald Trump, que la semana pasada impuso sanciones a 13 de los aliados más cercanos de Maduro, ha amenazado con nuevas restricciones al sector petrolero venelozano, en respuesta a la elección del domingo de un supercuerpo legislativo con poder para anular la Asamblea Nacional, en manos de la oposición.

El petróleo genera el 95% de los ingresos de exportación de Venezuela y EE UU es el mayor mercado generador de efectivo para la petrolera estatal PDVSA. Un recorte de los ingresos petroleros restringiría aún más el presupuesto del Gobierno para las necesidades básicas y aumentaría el riesgo de que Venezuela dejara de pagar su deuda externa este año. Eso exacerbaría la inestabilidad social y podría provocar que los militares –reacios a usar violencia excesiva contra civiles y deseosos de mantener sus propios flujos de dólares– reconsideren su lealtad a Maduro y le obliguen a negociar una transferencia de poder.

Venezuela es el tercer mayor proveedor de crudo de EE UU, con un promedio de 741.000 barriles diarios en 2016. Compañías estadounidenses como Phillips 66 y Chevron, que coparon respectivamente el 18,5% y el 13,1% de las exportaciones venezolanas, sentirán el impacto de un bloqueo.

Prohibir solo las exportaciones a Venezuela también perjudicaría a las refinerías de EE UU. Caracas compró 75.000 barriles diarios de crudo ligero de EE UU en 2016 –casi el 15% de las exportaciones de Washington. PDVSA lo mezcla con su crudo pesado para hacerlo comercialmente viable.

La industria petrolera de EE UU ya está afrontando los costes de las sanciones contra Rusia e Irán. Las medidas contra Venezuela podrían tener éxito diplomático, pero seguramente tendrían un precio adicional.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de Cinco Días.

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