La transformación digital, motor de nuevos modelos de negocio
Este cambio va más allá de la tecnología y supone una renovación de la cultura empresarial
A compañías como Uber o Airbnb no les ha hecho falta poseer ni taxis ni propiedades inmobiliarias para triunfar en el mercado mundial. Simplemente ofrecen servicios-experiencias mediante una sencilla, pero práctica, aplicación móvil que conecta la oferta con la demanda. Ambas son buenos ejemplos de modelos de negocio disruptivos, enmarcados en el entorno del mobile commerce, bien alejados de los negocios tradicionales.
La transformación digital es un campo abierto al cambio en el más amplio sentido de la palabra. Aunque lo solemos asociar al mundo de la tecnología y de internet, abarca un horizonte mucho más amplio y que, una vez implementado, afecta a toda la cadena de valor de una compañía. Supone una renovación de mentalidad, de procesos de trabajo, de cultura empresarial interna, de comunicación externa, de creación de nuevos productos y servicios… Y no son pocas las ocasiones en las que de esta gran metamorfosis nacen nuevos modelos de negocio, orientados a dar solución a las necesidades de una sociedad que gira alrededor de la movilidad y la conectividad.
Tal y como yo la veo, la transformación digital traspasa el límite de la tecnología. Convierte a los productos y servicios en verdaderas experiencias que, alineadas con la filosofía de las marcas, crean valor para el usuario y, por tanto, valor para la empresa. Porque es el cliente el pilar que sostiene la existencia de cualquier industria. Y si él vive digitalizado y siempre conectado, las empresas deberán digitalizarse para alcanzarle con los mismos canales, lenguaje y formas que utilice.
Ya lo han hecho por ejemplo en el sector del retail y del ecommerce, compañías como la que está detrás de Wish, una plataforma digital cuya app personaliza la experiencia de compra del usuario en función de su comportamiento de navegación; The Gadget Flow y Product Hunt, que presentan productos nuevos cada día a aquellos consumidores a los que les gustan la innovación y las últimas tendencias; Peach, un sistema de subastas privadas de nueve minutos de duración para las marcas de diseño; o The Hunt, una aplicación de compra basada en una comunidad en la que un usuario sube una imagen de lo que busca y los demás le ayudan a encontrarlo.
En el ámbito personal, alguien que necesite asistencia doméstica, lo busca y lo paga directamente desde su móvil con Handy, que de momento solo está disponible en Norteamérica, Canadá y Reino Unido.
Las oportunidades de negocio que brinda la transformación digital son infinitas, y más si consideramos combinar los servicios o productos con elementos como drones, impresión en 3D, wearables o cualquier otro objeto de internet de las cosas. Tanto es así que la consultora McKinsey confirma que casi el 50% de los servicios que son objeto de comercio en el mundo ya están digitalizados y que la cuota no hace más que crecer. Un hecho que se produce al tiempo que el comercio tradicional de bienes se va ralentizando debido a la debilidad de la demanda y al abaratamiento de las materias primas.
Sumemos a esto factores como el desarrollo de la banda ancha -en la última década ha crecido 45 veces y se prevé que se multiplique por nueve en los próximos cinco años-, que ha producido un enorme flujo de datos transfronterizos que hace escasamente 15 años era impensable.
Otro indicador del presente y el futuro digital en el que vivimos es que todo este flujo digital de datos, servicios y personas ha incrementado el PIB mundial en aproximadamente un 10%. Y el impacto de los flujos de datos sobre el PIB ha superado al del comercio mundial de bienes.
Una observación: Independientemente del sector en el que operen, todas las empresas innovadoras crean un ecosistema propio identificando nichos que hasta ahora estaban sin explotar y basan su esfuerzo en ofrecer la mejor experiencia al usuario.
Más allá de la tecnología, siempre que me refiero a transformación digital hablo de imaginación, de creatividad, de empresas que en lugar de enfocarse únicamente en generar beneficios, se ponen en la piel del consumidor para hacerle la vida más cómoda, resolviéndole los problemas a los que hasta ahora nadie daba solución y adelantándose a sus inquietudes. Y, en ese ejercicio, provocan el nacimiento de nuevos modelos de negocio que asientan día a día las bases de la economía futura.
Pepe Chamorro es CEO & Partner de Tribal Worldwide Spain.