Miguel Poveda: “Todavía hay muchos prejuicios con los gays”
El cantaor es la estrella del programa Flamenco Diverso, el primer festival vinculado al colectivo LGTB, que se presenta en Madrid durante la celebración del Orgullo Mundial
Es el máximo representante del flamenco en estos momentos. Miguel Poveda (Barcelona, 1973) empezó a cantar a los 15 años en el entorno de las peñas flamencas de Cataluña, e inició en 1993 su carrera como profesional después de ganar el Premio Lámpara Minera en el Festival Internacional del Cante de las Minas (Murcia). Es uno de los embajadores mundiales de este arte, con cinco nominaciones a los Grammy. El día 24 de junio compartirá escenario en el Estadio Vicente Calderón de Madrid con Alejandro Sanz.
Días más tarde se estrenará en un proyecto diferente, que se celebrará a partir del próximo 25 de junio: Flamenco Diverso, el primer festival con mirada LGTB, que se presenta en Madrid, coincidiendo con la celebración del Orgullo Mundial. La iniciativa se enmarca dentro del Festival Worldpride Experience, organizada por los promotores del espacio Marta, Cariño!, y que se desarrollará en los teatros Luchana y Coliseum. A este último escenario se subirá Poveda del 29 de junio al 1 de julio, en tres actuaciones en las que el artista mostrará parte de sus querencias musicales, flamenco, poesía y copla, acompañadas de un piano de cola. Él mismo definió el espectáculo como un “concierto para la libertad”.
- R. ¿Se siente más libre desde que reconoció públicamente su homosexualidad?
- R. Si he hablado de mi sexualidad es porque todavía hay gente con muchos prejuicios, pero no para contar:_‘hola, soy gay’, sino como una labor social. Cuando tienes una imagen pública tienes un deber moral de reconocerlo y ayudar. A veces, por admiración se le va el prejuicio a una persona.
- R. ¿Se considera, en este sentido, un profesional del cante respetado?
- R. Me lo he ido ganando con mi comportamiento hacia todo el mundo, pero sobre todo hacia los mayores. Siempre me ha gustado estar rodeado de gente mayor, y ellos son los que me han concedido el respeto.
- R. ¿Se puede vivir hoy del flamenco, cómo le ha afectado la crisis de las discográficas?
- R. Los intereses de las discográficas son diferentes a los del flamenco, por lo menos a los de la gente que empieza. La crisis económica ha afectado sobre todo a los grandes, a los que viven de vender tres millones de copias. Yo ahora me siento libre, me ha costado años tener mi propio equipo e independizarme de mi discográfica [se refiere a Universal Music con la que rompió recientemente]. Ya no creo en este tipo de sellos porque buscan otra cosa que apostar por la cultura. Ahora soy independiente y quiero volcarme con la gente creativa, con la gente con inquietudes. Hay mucho talento en el flamenco, hay gente muy innovadora.
- R. ¿Se siguen vendiendo discos?
- R. Ya no se venden discos. Yo soy más de actuaciones en directo y ahora mismo tengo Carta blanca [así se llama su firma discográfica] para ayudar a compañeros. Es un sello modesto con el que voy a poder hacer lo que hasta ahora no he podido. No tengo ninguna mochila, camino con más ligereza y me siento libre.
- R. Ahora también es empresario.
- R. No lo vivo con el espíritu con el que se vive una empresa, sino que he creado un espacio en el que fluye la creatividad, sin estar sometidos a nadie.
- R. ¿Se puede vivir del flamenco?
- R. Se puede sobrevivir, hay gente que lo pasa mal, que llega a mayor y no tiene para vivir. Muchos que no han gestionado bien su dinero y ahora tienen mermadas sus facultades. Yo soy desprendido pero también sé que hay que saber gestionar lo que uno gana porque nadie va a ayudarte.